Mérida.- Hace ya 46 años (ya llovió), Miguel Canto se ganó el derecho de disputar el campeonato mundial mosca del CMB al dar una lección de boxeo y no dejar dudas de su superioridad sobre el duro gurrerense Alberto “Costeñito” Morales.
La pelea era eliminatoria para sacar retador oficial al campeón mundial Betulio González, quien semanas después dejó la corona en las sienes de Shoji Oguma.
Al final de ese 17 de agosto de 1974, el bien recordado réferi, Octavio Meyrán le levantó la mano a Canto ante casi un lleno en la Arena México (unas 14 mil personas), como ya había hecho una vez en Mérida en el segundo pleito entre ambos.
La gente le aplaudió de pie al yucateco, no emocionada, sino convencida de que estaban reconociendo a uno de los púgiles más finos que habían visto, aún aquellos con décadas de asistir a ese recinto de la colonia de los Doctores,o a la Coliseo en la Lagunilla.
DE LA TEORÍA AL PIZARRÓN SOBRE EL RING
Canto hizo realidad en el ring el concepto más puro del boxeo.
No en balde, fue designado el mejor boxeador mexicano de la décáda de los 70´s, superando a gente como Rubén Olivares y Carlos Zárate.
Asimismo, a Alfonso Zamora, Pipino Cuevas, “Mantequilla” Nápoles, “Guty” Espadas, Carlos Palomino, Ricardo Arredondo, Rafael Herrera, etc.
Meses después, el peninsular ganó en Japón la corona e inició la senda que lo tiene desde el siglo pasado en la inmortalidad.
Lo demás ya ud. lo sabe.