Mérida.- El peso medio yucateco Elías Espadas regresó esta noche a la actividad apuntándose un nócaut en el sexto asalto sobre el valiente, pero poco efectivo chihuhahuense Darío Ferman, quien no pudo hacer valer su fuerte pegada ante el difícil y súperápido peninsular que ofreció una de las mejores peleas de su carrera.
En el regreso de Armor Box a la promoción con una función interesante, Espadas fue una especie de fantasma o un chile habanero en salva sea la parte que estaba presente ante Ferman (18-8 15 kos) al que golpeaba con aguijonazos que poco a poco, pero con seguridad lo fueron minando física y anímicamente.
Espadas, quien se mantiene representando la divisa de A&T Events and Promotions sorprendió a quienes creímos que el año y medio sin subir al ring había hecho mella en él.
No se vio entumido, mucho, muchísimo menos fuera de distancia y con el “timing” necesario para golpear cuando quería, sin recibir prácticamente nada de su rival, quien venía precedido por un récord noqueador, que solo fue una amenaza en el papel.
Ferman, un boxeador competitivo a nivel nacional fue un buen sinodal para evidenciar que Espadas, si bien no había peleado en 17 meses, tampoco había estado divorciado del boxeo.
La pelea fue virtualmente de un solo lado en el que el yucateco tomó la iniciativa desde el principio, punteando con su enorme rapidez de manos y su punzante jab izquierdo ante un expectante chihuahuense, quien agazapado en su guardia, esperaba el momento de aprovechar un descuido del ahora radicado en Miami.
Pero ese momento no llegó.
Cada vez que Ferman buscó conectar a Espadas, o simplemente no logró sacar los disparos, o cuando logró hacerlo, ya el yucateco andaba del otro lado del ring, o regresando para conectarle más combinaciones.
Salvo dos o tres golpes que no llegaron plenos, pero sí hicieron cierto contacto en la humanidad del yucateco, Ferman no logró conectar con solidez al de casa.
Quizás si hubiera pensado en golpear más al cuerpo, pero sobre todo a los brazos, o a “donde cayera”, el visitante habría tenido más oportunidad de “aflojar” al orgullo de la Colonia Cortés Sarmiento.
Posiblemente, luego de sentir la dureza de esos golpes, Espadas se concentró en su tipo de pelea de conectar y defenderse y poco a poco fue minando física y psicológicamente al de Ciudad Juárez.
Ya en el sexto, sintiéndose más seguro y plenamente dominador ante un Ferman que ya solo confiaba en un “lucky punch” (golpe de suerte) y que estaba consciente de que era superado en todo, Elías pisó el acelerador y soltó sus mejores obuses.
Llevó al chihuahuense a una esquina, donde luego de una serie de combinaciones que le sacudieron la cabeza como sonaja, lo puso de rodillas en la lona.
Ferman se levantó, pero ya era de dominio general que la pelea estaba en su recta final y así fue unos segundos después, cuando luego de ser reanudado el pleito, tácitamente dio muestras de no querer seguir.
Así, el réferi Rafael Mendoza puso fin a las acciones del sexto round al 1:40 de ese sexto episodio, Espadas llegó a 19-4-0 con 14 kos.
El yucateco lució y tiene con que aspirar a lograr cosas de mayor envergadura en su ya larga carrera en la que ha peleado de manera muy intermitente en ocho años. En ese lapso tiene apenas 23 peleas, cuando podría tener unas 15 más.
No es ya un chamaco, tiene ya 30 años, pero también la ventaja de que en su división esa no es una edad que lo tenga a las puertas de la recta final, sobre todo con su excelente estado físico y su actitud de disciplina total y plena.
Por si fuera poco, tiene aún el respaldo de A&T Events and Promotions y, ahora, el de Armor Box que con su inclusión elevó muchísimo el nivel y calidad de su función.
EL “KIKO” GUZMÁN SORPRENDE Y SUMA SU SEGUNDO TRIUNFO EN YUCATÁN
López, tipo con cargas mínimas de dinamita en sus puños, sorprendió a todo mundo al conectar, primero, con un volado de derecha y, luego, con un ganchito con esa misma mano al paisano de AMLO para ponerlo en la lona, y además en mal estado.
Valiente, el homónimo del “hijo de Doña Florinda” tuvo los arrestos para levantarse (estaba en mal estado), soportar el acoso de su rival, que con la mala fortuna de no poseer dinamita en sus guantes no pudo rematarlo.
Guzmán todavía se la pasó un ratito “viendo pajaritos” a su alrededor y tras volver a conectar plenamente con el planeta conciencia replanteó su estrategia y se fue con todo a recuperar lo perdido que para esas alturas era ya mucho.
Con su boxeo agresivo, de mucha fuerza, de estilo antiguo, como de mediados del siglo pasado, ondeando el cuerpo para castigar el ajeno, “Kiko” comenzó a aventajar en el intercambio de golpes al yucateco.
Si bien el “Veneno” no se dejó y mantuvo la iniciativa intermitentemente, por momentos fue superado en la dureza de los golpes, pero no en “el todo” de la pelea.
Parecía que el veredicto, luego de los ocho rounds, sería cerrado y así fue:
Los jueces votaron de manera dividida: 75-76, 75-76 y 76-75 (para López).
Podría alguien decir que lo justo era un empate, pero esto puede definirse hasta por un ataque, o por haber impuesto con mayor claridad el estilo de pelea, o por haber eludido bien un ataque enemigo, por haber tenido mayor iniciativa en el tramo final del último round, o por un buen golpe antes de la última campanada.
El boxeo no es como las matemáticas, pero desgraciadamente no todos los que tienen la responsabilidad de apreciarlo, y sobre todo juzgarlo, tienen el criterio correcto para definir el resultado de una pelea.
En este caso, creemos que sí y la Comisión de Boxeo de Valladolid (CBV) no se dejó arredrar por el hecho de que el púgil de la empresa que promovió la función se viera superado, así fuera por un soplido.
Eso es algo digno de reconocérsele y que la hace merecer repetir en próximas funciones en Kanasín, o en cualquier otra plaza donde sea requerida.
Comisionados como Euberto Díaz y sus jueces entienden (así parece ser) que los fans que tienen más allá de dos dedos de frente están hasta la pu.. m de fallos localistas e injustos que solo le mientan la madre a la inteligencia de los fans.
Su buen juicio beneficia al boxeo, educa a los nuevos aficionados que solo conocen del boxeo por los shows mediáticos, por los gritos de buena parte (no todos) de los comentaristas televisivos.
“Expertos” que a diferencia de los de antes se van por el lado fácil de despertar en los fans el chauvinismo, los sentidos más elementales, pero no el criterio para entender y comprender el boxeo de manera razonada, objetiva y justa.
¿QUIÉN POMPÓ RENÉ ORTIZ?
La sorpresa de la noche se dió en el triunfo del tabasqueño Daniel Angulo (6-0-0), quien salió con todo y le quitó el invicto a René Ortiz (6-1-0), una de las cartas fuertes del boxeo yucateco, al superarlo por nocaut técnico al minuto con 51 segundos del quinto episodio.
El réferi Lauro Sánchez al parecer no sabe que la regla de arrojar la toalla ya no tiene vigencia y se dejó presionar por la esquina de Ortiz, cuyo entrenador Joe Cerda la arrojó para pedir que detuvieran las acciones.
Lo correcto era que Cerda entrase al ring, para en ese momento forzar la suspensión del pleito, ya desigual en el que el paisano de “Chico Ché”.
La verdad es que Ortiz ya era superado total y manifiestamente desde el tercer asalto.
Incluso llegamos a pensar que no saldría para el cuarto episodio, pero de haber sido así, lo convencieron.
Poco antes de que la pelea llegase a su fin, ya era evidentemente que buscaba las cuerdas, quizás buscando que le parasen la pelea, al menos eso se “leía” en su rostro.
El chamaco Angulo festejó estruendosamente su victoria, no era para menos.
A su vez, Pablo “Rojo” Peraza mantuvo su invicto, 7-0-0, tras vencer al guatemalteco Manuel “Escopeta” Chávez (5-4-0), al derrotarlo por nocaut, en el quinto episodio, cuando apenas había transcurrido 10 segundos.
Bien se vio el “Chaac Pool” ante un rival que tiró golpes y se defendió el tiempo que pudo, hasta que decidió, correctamente, quedarse sentado en el banquillo. Fue un pleito a seis episodios.
ALEXIS SENTENCIÓ AL ALACRÁN
Por su lado, Alexis “La Sentencia” Pech (9-2-0) batalló, pero al final se quedó con la victoria por la vía de la decisión unánime, ante el experimentado Irving “Alacrán” Requena (8-17-3).
En la primera pelea de la noche, Daniel Martínez (2-0-0) salió con la mano en alto, al vencer como el 99.999999999999999999 por ciento de posibilidades establecían, al campechano Faustino Delgado (1-10-0).
La función, como señalamos, fue a puerta cerrada, cumpliendo con los protocolos que sanitarios para evitar contagios entre los participantes.
Llegó miles de pantallas a través de las plataformas de Telesur.
EL XIX
1.- Magnífico el retorno de Armor Box tras nueve meses de ausencia.
Salvo la primera, todas las pelea fueron parejas, o al menos competidas, emocionantes en algunos casos.
Hace unas semanas, Emmanuel Alcántara nos decía que le gusta presentar buenas peleas, peleas parejas, no tongos, ni venderle gato por liebre a la afición y lo cumplió.
Y aunque dos resultados no favorecieron a los suyos, su función dejó un buen sabor de boca entre los fans en su reaparición.
2.- Muy bueno, destacado el papel de la CBV, aunque habría que pedirle a Euberto Díaz que cuando anuncie una decisión no diga: el Juez A, el Juez B, el Juez C.
La gente, en este caso, la de la televisión, tiene que saber quienes son los responsables de las decisiones y eso no tiene nada de malo.
No los va a madrear si los ven en la calle, si acaso se las mentarán a la distancia, o también les pueden aplaudir y eso sí, personalmente, felicitarlos por su buen juicio.
El que se mete a juez de boxeo debería saberlo, como bien lo sabe el juez de una causa legal, que esos sí tienen riesgos de verdad.
Euberto Díaz, como buen jurista (Maestro en Derecho) lo sabe.
3.- Por cierto, el experimentado y eficiente réferi Rafael Mendoza dio el detalle chusco al subir con un par de zapatillas color verde “chin…me la retina” que primero sorprendieron y luego causaron cierta hilaridad entre los asistentes.
No hay duda alguna, Mendoza es no sólo uno de los mejores réferis de Yucatán, sino del sureste, pero el día del pesaje se atribuyó facultades que no le correspondían al dar órdenes a los boxeadores y hasta los fotógrafos sobre un asunto que desconoce y no le compete.
El oficial vallisoletano se puso a dirigir sobre las poses y los ángulos en los que, según su percepción, deben de posar los púgiles a los que incluso puso en un momento a menos de dos metros de las lentes, lo que saturó el tiro de cámara. Ni siquiera el Lic. Euberto.
4.- Hablando de mejorar las cosas, le pediríamos también a nuestros amigos de Armor que si bien la función es televisada, suban a una edecán con los números de los rounds.
Esto, no tanto para la poca, mínima gente que de una u otra manera asiste, sino para que los boxeadores y sus esquinas no pierdan el hilo de la pelea.
5.- Muy buenas las medidas sanitarias y de desinfección, no de sanitización (el verbo sanitizar no existe) de Armor Box y de la televisora Telesur, que tuvo un buen regreso a las pantallas en las buenas vocea de Dante Omaña, Rígel y el hombre del apellido ilustre: Marcelo Canto.
6.-Magnífico el debut del amigo Samuel Canché como anunciador, buen relevo del querido “chinito” Ricardo Kim Yuh, quien debió estar en su “pagoda”, “gustando” la función y protegiéndose del “coronabicho”.
Samuelito, quien ha estado vinculado al boxeo como entrenador, mostró personalidad, buena percha, dicción y conocimiento del oficio. No necesitó de dar de berridos para dejar buen sabor de boca, ni de llamar la atención con vestimenta extravagante.
7.- Muy bien, insistimos se vio Elías Espadas, pero causó extrañeza y también cierta hilaridad (completó lo iniciado por “Rach” Mendoza) su pantaloncillo con peluches, algo que, la verdad, no recordamos.
Elías, un poco afecto a los pantaloncillos no muy convencionales (a veces sube con la concha protectora y unas tiras de tela que caen de la cintura), cumplió.
Y, además, le regaló el primer triunfo de su existencia a su pequeña hija nacida meses atrás en Florida.
A algunos como que tampoco convence, o saca de su concentración un gritito que suelta cada vez que tira un golpe, pero eso es algo de su naturaleza física, como ocurre y ha ocurrido con otros púgiles yucatecos como Víctor “Pulguita” Villanueva.
8.- Otro caso curioso es el del entrenador del campechano “Dinamita” (con doble entrecomillado debería de ser) Delgado, quien es su propio padre.
Se trata de un señor, ya con algunos años y un tonelaje cercano, quizás a 200 kilos que es todo un espectáculo, por obvias razones, a la hora de subir a la tarima y entrar y salir entre las sogas, con gran habilidad y con su eterno pants azul (es el mismo que usa en todas las funciones).
El señor Delgado (paradójicamente) es todo un personaje, pues durante las peleas de sus dirigidos, como este sábado, pega unos gritos estentóreos, que en el caso de esta función se oían mínimo, desde la arena (a un costado del campo de fútbol), hasta la estatua del Chel de Kanasín en la plaza principal del pueblo.
Parte del folklore del boxeo.