Mérida.- Luego de llegar a los 15 años de la noche que cambió su vida, Óscar Rivera echa un vistazo retrospectivo y, también, hacia el futuro.
“No es algo que recuerde solo cada 7 de agosto, sino en cualquier momento”, dice en entrevista con península deportiva.
“Cuando alguien me ve y me trae a la mente el (juego) perfecto, me emociono y empiezo a recordar lo bonito de esa noche”.
Dijo sentir nostalgia el recordar cómo la gente gritaba su nombre, sobre todo el nombre del equipo, y que todos celebraban.
“Lo que pasó es algo que siempre compartí con todos los que participamos esa noche, todos pusimos nuestro granito de arena, y sobre todo la afición que nos apoyó.
“Cuando iba a hacer el último lanzamiento (a José Montenegro), desde que solté el pitcheo, y vi que iba en zona de strike, ya andaba brincando.
“Pero, aparte, algo que siempre digo es que estaba emocionado, porque habíamos avanzado hacia el play off.
“Ya luego, con el paso de los días, fui asimilándolo y entendiendo lo que significó.
“Estoy muy agradecido con la afición, por todo lo que me dio, es una responsabilidad, además, conducirme por el camino del bien.
“Y el que me recuerden me da mucho gusto, me entusiasma y siempre que salgo a la calle y la gente me saluda, es algo con lo que me doy por bien pagado”.
EL PRESENTE
Hoy día, Óscar Rivera tiene una vida buena, pero no fácil (¿quién en esta pandemia?), podría decirse incluso difícil, como sucede con la gente que vive del béisbol y de otros deportes.
Primero, trabajaba como entrenador en el Instituto del Deporte del Estado de Yucatán (IDEY).
“Yo llegué allá porque me llamaron, no soy de partidos políticos, ni militante, o simpatizante de alguno.
“Fui porque me llamaron en su momento y no podía dejar ir una oportunidad de trabajo (ya no era pelotero de Liga Mexicana de Béisbol).
“En el IDEY estuve muy contento, trabajando, ayudando a los nuevos peloteros.
“Y pues vino el cambio de administración y me tocó salir, es válido y lo acepté, ni modo.
LO MISMO CON LOS LEONES
Rivera, coach campeón con Yucatán en 2018, ha tenido un pésimo 2020 (como todos), pero principalmente en lo laboral.
Y lo que le sucedió con el IDEY en 2019, le pasó con los Leones en 2020.
“Me dijeron que este año no había cupo para mí pero sabemos que es algo normal en el béisbol, no pasa nada.
CON LA GORRA DE LOS LEONES
Y agregó: “Como fuera, yo soy León de Yucatán y si puedo, compraré mis dos abonos el año próximo”.
Uno, confió, “será para mí y el otro para mi hijo y así iremos a ver y a apoyar a los Leones que son y siempre serán mi equipo”.
El ex lanzador reconoció que si bien no toda su carrera, aunque sí la mayor parte de ella la hizo con los Leones, tuvo que ser parte de otros equipos por las necesidades que hay en cada club.
Rivera, que no sabe lo que le depara el destino, confía en que su mala racha, finalice pronto.
Por ahora, el coronavirus le quitará, todo así lo hace suponer, la posibilidad de trabajar, por ejemplo, en la Liga Meridana, circuito del que es un estelar (con los Senadores de la Morelos), pero confía en lograr pronto una oportunidad allende el béisbol.
Y así como esa oportunidad, espera volver a tener otra, para pisar la grama del Kukulcán, y ver su número 6 retirado.
De la misma manera como sucedió con otras leyendas del equipo y paisanos suyos: Fernando Valenzuela, Fernando Villaescusa y Ray Torres.
Reiterativo, no duda en afirmar que si algún día es exaltado al Salón de la Fama del Béisbol Mexicano (algo que nos parece indefectible, de pura inercia), al ser consultado, pedirá que su efigie lleve la gorra de los Leones.
“Soy y siempre seré un León de Yucatán”, remató.