Por Óscar Calderón López
Ciudad del Carmen- ¿Porque muy pocos boxeadores nacidos en el sureste mexicano brillan a nivel mundial?
Me decía un gran manejador mexicano, para poder triunfar en el difícil deporte del boxeo se necesita: 20% talento, 10% manejador y 70% hambre. Y en este último rubro es donde los jóvenes talentosos quedan a deber.
Es por ello que la gran mayoría de los grandes boxeadores mexicanos han salido de la total pobreza, viviendo en casas con piso de tierra, donde tienen que estar al día para poder comer o incluso quedándose días enteros sin comer.
El gran Julio César Chávez vivía en un vagón de tren en su niñez, en situación por demás precaria. Raúl “Jibaro” Pérez era huérfano de padre y mantenía a su madre vendiendo periódicos en las transitadas calles de Tijuana.
Jorge “Maromero” Páez creció en un pequeño circo de sus abuelos en Mexicali, donde aprendió a hacer peripecias para subsistir, José Luis Ramírez creció en el pequeño pueblo de Huatabampo, Sonora.
Rubén “Púas” Olivares creció entre las penurias de la colonia Bondojo, lugar a donde llegó con tres años de edad ya que nació en Iguala, Guerrero.
Por mencionar algunos, y en el plano internacional solo mencionaré dos casos:
El panameño Roberto “Manos de Piedra” Durán, quien tuvo una infancia difícil, con trece años, dejó la escuela y se convirtió en el sustento de su familia y el primer campeón mundial nicaragüense, Alexis Arguello, que abandonó la escuela a los 12 años, por falta de recursos.
Queriendo ser alguien en la vida y sacando sus frustraciones económicas, encontraron un deporte donde pudieron solventar esas carestías, lograron sacar adelante a su familia y llegar ser alguien en la historia deportiva.
Hace unos meses platiqué con Humberto “Zorrita” Soto, quien en sus inicios dejó su pueblo de los Mochis, Sinaloa para irse a Tijuana a entrenar boxeo y en una de las ocasiones que se quedó sin dinero para comer el dueño de una frutería le regalo una caja de mangos, y con eso subsistió durante una semana.
Son de esos casos que muy pocos se enteran pero que los hace ser más grandes de lo que ya son en el deporte.
Analizando por qué muy pocos boxeadores del sureste han logrado entrar a la historia del pugilismo, es base de lo mismo, no tienen hambre.
Quien sea les regala un plato de comida, sus familias los apoyan, les dan lo que necesitan y teniendo eso un joven… para qué buscarle más. Llegan a un tope de su nivel boxístico que para poder brincarlo tienen que salir de su tierra natal y ahí se quedan otros pocos.
Ejemplos como el nacido en el pueblito de Chiná, Campeche Melchor “Baby” Cob que dejó su tierra para emprender el viaje a la grandeza en el DF, lo mismo que hizo su paisano de Candelaria (presumido tabasqueño) José Antonio “Jaguar” Aguirre, donde su pueblo adoptivo, Cárdenas, Tabasco, le rinde siempre los elogios de sus logros.
El gran maestro Miguel Canto sufrió un tiempo en el DF, y a su regreso a Yucatán nadie daba un peso por él (leído en su libro autobiográfico), sin embargo ustedes saben la historia de sus logros.
Y de ahí se desembocó ese hermoso estado para producir en serie cuatro colosales campeones mundiales más en esa época.
Basados en ese antecedente, ¿Qué le falta a los jóvenes nacidos en el sureste mexicano para poder sobresalir en este deporte?.
Solamente tenemos a Miguel “Alacrán” Berchelt atiborrando las grandes plazas en Estados Unidos. El campeón mundial Superpluma del CMB tuvo que salir de su natal Cancún buscando mejores oportunidades en Mérida.
Allá recibió todo el apoyo de su empresa y posteriormente de la mano del gran manager Alfredo Caballero alcanzó la gloria y cumplió el sueño de ser campeón del mundo.
También tenemos como sólida campeona mundial a Yesenia “la niña” Gómez, pero no se vislumbra a la fecha alguna con gran proyección todavía.
¿Cuál será el siguiente peleador del sureste mexicano en ser campeón mundial?.
Manejadores con experiencia poseemos!. Promotores formales y con visión tenemos!. Muchachos con talento, aptitud y competitividad, los hay!.
Al parecer lo único que les falta hasta ahorita es HAMBRE!. Se sienten arropados y aflojan el paso, total, si pierden una pelea les ponen dos fáciles y se recuperan. Si no dan el peso, que el promotor pague el forfit, total, no se les descuenta nada a ellos. Se sienten arropados!.
No salen a correr temprano, porque hace frio, llovió, se desveló, no oyó el despertador, le dolía el dedo gordo, su abuelita tenía dolor de muela, cenó mucho, no cenó. Pretextos…sobran!.
No llegó a entrenar: porque “parecía” que iba a llover, “pensó” que el entrenador no iba a ir, su novia quiso ir al cine y como dejarla ir sola, a su abuelita le volvió a doler la muela. Y así… un sinfín más de pretextos!. Me los sé todos.
La cruda verdad es que… NO TIENEN HAMBRE!.
En sus inicios ninguno de los grandes peleadores tuvo ese “consentimiento” de sus promotores o entrenadores. Y su familia?… bien gracias!. No tenían para darles el taco diario, tenían que trabajar, se lo tenían que ganar.
Por talento algunos avanzan, pero por falta de hambre muy pocos llegan.
En el sureste mexicano no sufren de hambre, como sea comen a diario, algunos mejor que otros, e incluso algunos hasta se dan el lujo de tragar!.
A mediados de los 80´s entrenando en el gimnasio del CREA en Tijuana le pregunté a mi entrenador Don Rómulo Quirarte: ¿Qué tengo que dejar de comer para no subir de peso?… su respuesta fue clara y contundente: “Nada mijo… usted coma de todo, nomás no trague!.
Y me ha tocado ver peleadores, que de la hora del pesaje (viernes 12 horas) a la hora de la pelea (sábado 20 horas) suben hasta 8 kilogramos de peso. Increíble no?. y no es hidratándose nada más…NO!, es comiendo, y comiendo y comiendo, o sea ¡tragando!.
Creen que mientras más suban de peso van a estar más fuertes, y aunque les digas que mientras más suban de peso, sus piernas lo van a resentir más en los últimos rounds, pues ellos creen tener la razón.
Por eso recalco… pocos, realmente muy pocos son los que llegan, y seguramente son los que menos fueron arropados en sus inicios.
Espero que ya este año algún otro joven del sureste dé el verdadero estirón, porque de verdad… lo necesitamos!… hay varios nombres: Joseph Aguirre, Alexis Bastar, Francisco Horta, Ángel Chan, Darwin Berrón, William Puch, Hiram Gallardo, Leonardo Mosqueda, Ricardo Soto, Alberto López, Elias Espadas (Omito a Joselito Velázquez porque nació en Oaxaca y ya no vive en Cancún).
Quien será el siguiente que realmente tenga el hambre suficiente para lograr ser campeón del mundo?… El tiempo lo dirá, ya hay más empresas promoviendo el boxeo y algunos de sus muchachos entrenan fuera de su terruño, así que hay prontas esperanzas.
Esta nota es como una cortina de humo que responsabiliza a los boxeadores y esconde la negligencia de autoridades, managers inmorales y promotores de pacotilla