Mérida- ¿Un año?…..parece que fue ayer, y todavía nos seguimos pellizcando esperando que sea una pesadilla, pero no, fue la realidad. Era la muerte tocando las puertas del boxeo yucateco.
Eran alrededor de las 08 00 horas y en medio del festejo por el noveno cumpleaños de mi hija, una llamada arruinó la celebración.
¿Qué pasó “Baloo” (Abraham Falcón)?.
Una mala noticia Juan Carlos, dijo el joven entrenador y mánager del otro lado de la línea con un tono entre serio y no sé si de desenfado o resignación.
Antes de que dijera algo, le pregunté pensando en un boxeador de la vieja guardia o un manejador de la 3a edad: “¿Quién se murió?”.
Su contragolpe verbal, cual “bolo punch” fue tajante, contundente, estremecedor: “Sonrics”.
”¿Qué?, ¡¡no ma$%&, no me ch(/&%$ de esa manera Abraham (nunca lo llamo por su nombre) ” alcancé a decir entre exclamación y reclamo, a sabiendas de que el joven Falcón decía la verdad, pero deseando que fuera una mala broma.
Es verdad Juan Carlos, falleció, agregó ”Baloo” para añadir que el mismo “Sonrics” decidió acabar con su vida y que en esos momentos sujetaba su tronco, ya inerme, en un mueble en el que lo tenía sentado.
LUEGO, EL TSUNAMI
Ya después sobrevino un tsunami de acontecimientos que todos, incluyéndote a ti aficionado, conocen.
Hoy a un año de su fatal, errónea (empero, nadie somos para juzgarlo), decisión, recordamos a Fermín Iván Couhó Ramírez con tristeza por la pérdida de un ser humano joven, en el umbral de la realización, pero que pensó en huir por la puerta falsa de los fantasmas internos que lo acosaban.
De haber librado esa tormenta mental, el “Sonrics” muy probablemente (solo Dios lo sabe) ya estaría en la antesala del título mundial mínimo y haciendo “sombra” en el confinamiento por el coronavirus.
En lugar de ello, yace descansando eternamente en una tumba en el panteón de Xoclán y, confiamos, con el perdón y simpatía de Dios nuestro señor, a pesar de la forma en qu se fue de la vida.
Hoy lo recordamos con cariño, extrañándolo a él, a lo que estaba destinado a ser y al que debió ser el noveno título del mundo para el boxeo yucateco y primero para su empresa, A&T Events and Promotions.
Que Siga Descansando en Paz.