Mérida.- El novato yucateco Zaíd “Colorado” Rejón salió avante sin mayor problema en su estreno a la distancia de seis rounds en lo que fue por momentos una demostración de capacidad y enorme clase, pero que le faltó culminar con la cereza en el pastel: el nócaut.
“El Colorado” terminó por primera vez una pelea yéndose a toda la distancia para vencer por decisión “de avenida” al valiente guerrero quintanarroense Jesús “Tímido” Acosta, quien “deshonró” su mote al ofrecer una gran resistencia y tratando siempre de competir.
En el pleito principal de la velada promovida por Max Boxing en Sipse, Rejón impresionó por momentos al mostrar cosas interesantes e importantes amalgamadas todas (en lo ofensivo y defensivo) en una sola: manejo de la distancia.
El jovencito, en su sexto pleito profesional, dio cátedra con la cintura, los hombros y en alguna que otra ocasión con algo parecido al ya, en estos tiempos, insepulto Rolling (movimiento giratorio del cuello para evitar golpes).
Y desde allá, sobre todo a partir del segundo y hasta el cuarto asalto, lució, ganando quizás algún round, virtualmente como alguna vez hizo el más grande artista de la división pluma, Willie Pep (valga la comparación) sin tirar golpes, pero luciendo e imponiendo su estilo de pelea sobre un contrario empeñoso, pero que si hubiera sido bateador se habría ponchado 27 veces (los que saben de béisbol entienden).
Zaíd (ahora 6-0-0 5 kos) hizo gala de talento defensivo, que al mismo tiempo le permitía estar en condición de atacar y hacer daño sin mucho riesgo.
La longitud, pero sobre todo el preciso y oportuno empleo de sus brazos le permitían, como brújula, ubicar el peligro y a la víctima.
Así, atacaba y se defendía con un movimiento de cintura, de hombros, lo que le permitió lucir por más de seis minutos entre los rounds dos y tres y así siguió para el cuarto, cuando ya debió “pisar la chancla”, para acelerar, someter y acabar antes del límite a Acosta.
Tipo de valor virtualmente espartano, “Chucho” Acosta soportó todo lo que el “Colorado” le tiró.
Cual toro, el visitante pareció “amorcillarse” y no cedía y buscaba en una quimérica aspiración, un “lucky punch” que nunca llegó.
Rejón, ya contemplativo, no se decidía, cuando la circunstancia ya ameritaba que tras demostrar ser infinitamente superior en lo técnico y boxístico, fuera a finiquitar el asunto y no darle oportunidad a su rival de seguir vivo y, eventualmente, ponerlo en peligro.
Llegó el quinto episodio y siguió siendo como los anteriores y en el sexto, logró poner mal estado en más de una ocasión al “Timido”, pero lo consecuentó, perdonó y dejó vivir.
Quizás también le hizo falta tener en su esquina a Alfredo Caballero, que tras un vaivén de emociones entre febrero y marzo, quiere saber de cualquier cosa, menos de boxeo.
A final de cuentas su triunfo no solo fue claro, sino evidente, manifiesto y hasta lucido, pero le faltó la cereza en el pastel, cuando la tenía en ambas manos, para que fuera perfecto ante el rival de mayor nivel que le han puesto.
“EL SULTÁN” ROSADO GANÓ, PERO QUEDÓ A DEBER
En la semifinal, el de la “Sultana de Oriente”, Iván “Sultán” Rosado logró su mejor triunfo, pero de manera poco lucida en una pelea que terminó siendo desangelada y hasta mala, sin llegar a ser un bodrio.
Su estilo y su guardia zurda no se acoplaron con el del recio y valiente “calador” Juan “Cirujano” Aguirre que terminó sucumbiendo por decisión amplia, aunque fue una pelea pareja.
Y no es que los jueces hayan estado mal, sino que el triunfo del vallisoletano, como muchas ocasiones sucede y pocas mentes comprenden, ocurrió en rounds cerrados que fueron sumando a su favor.
Habrá quienes no estén de acuerdo con las tarjetas, pero nosotros no las vimos mal:
Germán Cubedo, 59-55, Ariel Ruiz 59-55 y Ruy Canul 60-54, todas en favor del vallisoletano que así logró su mejor triunfo, sobre el médico chiapaneco (es oftalmólogo), formado en Yucatán como hombre, boxeador y profesional.
Vaya espíritu y sed de adrenalina de Juanito Aguirre, que sin necesidad económica y material de subirse a estropear el físico, mantiene la sed de adrenalina de seguir haciéndolo a más de 10 años de su estreno en la actividad.
Rosado mejoró a 7-1-2, con 4 ko’s y el “Discípulo de Hipócrates” cayó a 7-4-2, con 5 ko’s.
LAS DEMÁS
Por su lado en súpergallo, Hafit “Lobo” Talavera ganó claramente, aunque no exento de problemas al empeñoso Johnny “Cucharas” Maas en cuatro rounds.
“Talaverita” se vio bien en lo que cabe y sumó los puntos necesarios para convencer al jurado que con los mismos solones señalados votó idénticamente 40-36.
Mejoró su marca a 5-0-0, mientras que Maas quedó con 3-4-1, 1 ko.
“PULGA GUERRERENSE” AHORA NO NOQUEÓ Y RECIBIÓ “CANDELA”
Por su lado, el enjundioso y vistoso minimosca guerrerense, Francisco “Pulga” Araujo vio cortada su marcha perfecta en el profesionalismo, luego de un primer y único round de intercambio mutuo de cuero con el local Emmanuel “Bachas” Ucán
Ucán, amplio favorito para terminar viendo la luz de las lámparas, se “amachó” y le respondió al del Océano Pacífico a quien le metió las manos en más de una vez y le causó una herida en el rabillo de la ceja derecha de un limpio golpe.
La sorpresa llegó a la improvisada arena e instantes después fue decretado el final del episodio, pero los sorprendidos fueron los televidentes cuando vieron una manifiesta herida en uno de los ojos del “Bachas”, infiriendo que fue por un golpe de Araujo.
A final de cuentas, una buena decisión de la Comisión de Boxeo de Mérida (no de Yucatán) (CBM) decretó que la herida fue ocasionada por un cabezazo y la pelea fue un No Contest (NC), pues el empate técnico no era reglamentariamente posible.
Araujo se quedó con 4-0-0 y un NC, mientras que el “Bachitas” siguió con 2-1-0 y otro NC.
Por su lado, el debutante Jesús “Mazo” May se mostró valiente y tras caer en tres ocasiones, se levantó para ofrecer resistencia, aunque no compitió con Roberto Ruiz “Lizarraguita II”.
En su segunda pelea, el tercero de la dinastía de los Lizárraga se vio bien, con magnífica estampa como su padre hace ya más de 30 años (cómo pasa el tiempo), pero se vio falto de determinación de acabar a un contrario empeñoso, pero de estilo cavernícola.
“El Mazo” solo opuso su valentía y “las piedras” que lanzó.
Los jueces Cubedo, Ruiz y Canul votaron de manera idéntica 40-34, todas en favor de Lizarraguita que logró su primera victoria, a cambio de un empate.
Jesús May, quien debutó, sufrió su primer descalabro.
Por su lado, Russell Acosta derrotó al debutante Iván Cetina por nócaut técnico en el mismísimo primer espisodio.
El réferi David “Artista” Silva detuvo acertadamente la pelea a los 2:53, luego del tercer “costalazo” de “Cetinita”.
La campana lo habría salvado, pero no había manera que saliera bien librado de lo que venía.
Russell siguió invicto y mejoró a 4-0-0. Cetina, dirigido por Jorge Cano, perdió en su estreno.
Por su lado, el debutante quintanarroense, Jarol Cervera venció a Edwin Medina por decisión en cuatro vueltas.
Cervera, de Cozumel, campeón nacional y múltiple medallista amateur por Quintana Roo no justificó sus blasones como aficionado y sufrió de más ante Medina (ahora 1-2-0).
El insular se vio con ganas y valiente, pero no mostró nada del otro mundo y debió conformarse con un triunfo cerrado, aunque justo.
Los jueces votaron 39-37 (Cubedo), 38-38 (Ruiz) y 39-37 (Canul).