Mérida.- Riiing, riiiing, riiing.
Era poco después de las 15:00 horas del martes 15 de marzo de 2011 y me preparaba para salir a comer al Lucero del Alba, cuando el teléfono de la oficina que ocupaba (9-28-72-85, ya hoy en desuso) sonó con insistencia y contesté para oir la voz del entonces vicepresidente de la Comisión de Boxeo de Mérida (CBM).
“Juan Caarrlos, solo para informarte que nuestro buen amigo “Borolas” acaba de fallecer”, dijo directo y seco, fulminante, como el buen médico que es, Santiago Basto Mejía.
Aún en “la lona” anímica, y mientras oía sus palabras en “cámara, o audio lento” como si fueran los 10 segundos que marcan la diferencia entre “seguir o perder la pelea”, el doctor Basto me informó que Raúl Gamboa Ayuso (ese fue su nombre) había fallecido en el Hospital Agustín O´Horán a los 67 años.
EL CÁNCER ACABÓ CON ÉL
Un cáncer (al parecer en vías digestivas) se llevó al singular personaje que tanto bien hizo y tantos amigos sembró, y merecidamente cosechó en el boxeo yucateco y mexicano.
Fue, quizás el mejor aficionado que haya habido, o uno de los mejores, al grado de que era asiduo asistente a los gimnasios, y en la arena apoyaba a la comisión, a algún manejador , o a la empresa en lo que sea.
Lo habíamos visto todavía en la coronación del hunucmense Keb en noviembre de 2010, como campeón mundial minimosca, o bien (ya no recordamos bien), en febrero en su 1a y única defensa ante el campechano José Antonio Aguirre.
Y de repente, supimos de su muerte.
Raúl Gamboa Ayuso, que supiéramos, no hizo una familia, aunque sí tuvo hermanas que vieron por él hasta el final; fue una especie de yucateco errante, que se ganaba la vida de diversas maneras.
Era vendedor y comprador de oro y joyas, también hacía otras labores y era un experto apostador de boxeo, “arte” con el que ganó mucho dinero en Yucatán y, sobre todo, en la Ciudad de México, donde arriesgaba buenos centavos en la Arena Coliseo y en la México.
Allá, en la enorme megalópolis, se hizo de muchos amigos, acorde a su carácter, entre ellos el entonces aún ascendente manejador, Ignacio “Nacho” Beristáin Rocha, quien siempre que venía a Mérida se ponía a “cotorrear” con él.
Otra personalidad cercana a él fue el ya también extinto comentarista, Alfonso Morales Villela, quien lo festejaba y abrazaba cuando lo veía llamándolo: “Borooolaas”, dónde andabas, ya no has ido a México.
Así, con nostalgia y aún con pesar recordamos este día al excelso aficionado y atento hombre de boxeo que fue el señor Don Raúl Gamboa Ayuso “Borolas”, de cuya muerte física se cumplen este día 10 años.
El sr. Gamboa Ayuso, tipo de carácter afable, pero además simpático, es a un decenio de su partida, bien recordado, sobre todo con una sonrisa por quienes tuvieron la oportunidad de tratarlo.
Esperamos que en su nueva vida haya seguido sembrando amistades y manteniendo las de aquellos que se la han ido sumando.
A continuación, una serie de datos y cosas quizás desconocidas del gran y querido “Borolas”.
1.- Su otro apodo era “Cerebro”.
3.- Era “second” eventualmente en las esquinas y en más de una ocasión dirigió a un boxeador, sin ser un mánager formal.
Que sepamos nunca tuvo una licencia formal de “second”, pero con lo mucho que sabía como empírico, podía “sacar la chamba”, sin que la Comisión de Boxeo (CBM) le dijera nada, pues, se sabía de su conocimiento y de su buena intención.
4.- En funciones modestas, que normalmente eran las mejores, sobre todo en la Arena San Juan, subía al ring a anunciar los rounds, mientras le echaban chiflidos, mentadas de madre, o le decían “cangrejo”, o si venía del “Puerto de Tixkokob”
A esto último, riéndose, pero sin devolver los recordatorios, se contoneaba de repente como si fuera “puñal”, causando la risa de los fans que más le chiflaban.
5.- Hace no muchos años, la CBM, ya bajo la rectoría del Dr. Basto, instituyó un premio en su memoría, que llevaba su nombre y que reconocía la labor de bajo perfil, pero de alto valor dentro de una arena de boxeo.
Uno de sus recpendarios, o quizás el único, fue el también buen amigo y armador de rings, Jorge Arévalo.
Que siga Descansando en Paz y sobre todo, siendo feliz, Don Raúl Gamboa Ayuso, “Borolas”.