Munguía
Tijuana.- Si alguien se decepcionó por la baja entrada de esta noche en el estadio de los Xolos de Tijuana, al final habrá agradecido que sus gradas no estuvieran repletas.
En una de las noches más sorpresivas y tristes en mucho tiempo en esta principal plaza del boxeo mexicano, el francés Bruno Surace, un tipo con un récord invicto, mucho menos experiencia y solo cuatro nócauts en su hoja de servicios, aplicó el quinto de su carrera a la máxima promesa de grandes cosas de esta ciudad, Jaime Munguía.
Munguía, quien había enfrentado a lo mejor del mundo, incluyendo a Saúl “Canelo” Álvarez, si bien había probado el amargo sabor de la derrota ante el jalisciense, jamás había pasado por la experiencia oprobiosa del nócaut.
Pero siempre hay una vez y esta noche ocurrió…y ante su gente.
Con todo armado en su favor, con una expectativa triunfalista, Munguía subió al ring de esta su ciudad, confiado, mas no arrogante, ni sobrado.
Tipo profesional, de actitud decente, el muchacho de la frontera ascendió a la tarima y empezó bien su trabajo ante el europeo.
Todo parecía, tan solo eso, parecía, destinado a que Surace fuera una víctima más del golpeador local, en su primera salida al extranjero.
Pero no, fue todo lo contrario.
En el inter, Surace “comió” lona en los primeros minutos del pleito, cuando Munguía lo sacudió con un gancho y sin estar bien apoyado en la lona, se fue sentado al tapiz.
El francés se veía afectado, mas no acabado.
Se levantó, valiente y siguió en la brega, recibiendo “candela” del tijuanense que al no definir la pelea tuvo en ello de qué arrepentirse tiempo después.
Entero aún, Surace seguía metido en la pelea, respondiendo, pero siendo superado por el norteamericano, quien, creemos, llevaba ventaja pasada la mitad del pleito.
Así, al llegar al sexto episodio, cuando se acercaba a su final, Munguía bajó la mano izquierda y Surace le dejó ir un cruzado de derecha.
El golpe, contundente, empujó y desconectó al tijuanense, quien cayó de espaldas y con las piernas abiertas a la lona, donde Juan José Ramírez le contó y, después, detuvo la pelea de manera precisa y muy acertada.
El revés constituye el más fuerte golpe en la carrera de Munguía, quien no ha podido dar un real “do de pecho” a nivel internacional.
Su marca quedó con 44-2-0 con 35 puestos fuera de combate.
El francés, por su lado, en su primera salida al extranjero logró el triunfo más resonante de su carrera que llega a 26 éxitos en 26 peleas, con solo cinco nócauts, el de esta noche, el más rutilante.