Lección del “Chocolatito” sobre un “Rey” que se ganó el respeto de todos

San Diego- El nicaragüense Román “Chocolatito” González ganó esta noche una pelea no fácil, pero en la que siempre mantuvo el control, sobre un aguerrido, valiente, tozudo mexicano Julio César “Rey” Martínez en la pelea principal de la velada presentada aquí por el promotor Eddie Hearn ante una excelente entrada.

González ganó de manera absoluta, clara, amplia a un siempre combativo Martínez, que pecó de valiente y que si bien perdió de manersa inobjetable, ganó lo que le hacía falta en su carrera: el respeto unánime de la opinión pública boxística mundial.

Las votaciones de los jueces fueron unánimes en favor del legendario centroamericano: 118-110 117-111 116-112. La de península deportiva fue de 118-110.

González no ofreció su máximo esfuerzo, pero sí buena parte de su capacidad, sobre todo la atención ante un rival que, primero quiso ser peligroso y que, con el paso de los rounds, trató de mantener la verticalidad, pero siempre tirando golpes, tratando de sorprender a un grande.

Un grande, que lo es, porque nunca dejó de tenerle respeto a su rival, que, pese a estarle dando, por momentos una paliza, hizo lo que debe hacerse: Atacar, pero no dejar de defenderse y en ello, la atención y precaución van por delante antes de la agresividad.

Sin dejar de dar espectáculo, con ritmo no rápido, pero preciso en sus desplazamientos y en su golpeo, el centroamericano fue, poco a poco, socavando la estamina del valiente representante del barrio bravo de Tepito en la Ciudad de México.

Su golpeo, preciso, puntual, no desaforado, pero tampoco avaro; constante y exacto, sin desperdiciar impactos y energías, fue confirmado lo que los entendidos esperaban de él sobre el “Rey” Martínez, quien si bien estuvo al nivel, fue virtualmente siempre superado por el mejor boxeo del “Chocolatito”.

Quizás si González hubiera golpeado más a los bajos del norteamericano desde el inicio y no en la segunda mitad del pleito, la definición habría sido anticipada, pero el destino y, sobre todo la voluntad del derrotado le permitieron un decoroso final de pie en un duelo en el que no hubo caídas sobre el ring instalado en la Pechanga Arena de esta ciudad.

Para Martínez, la derrota fue doble, pues además de la sufrida en su récord, cuenta también la que tuvo en su bolsa, pues de recibir los 250 mil dólares pactados, debió dejar 50 mil por excederse de peso un día antes.

De esos 50 mil dólares (un millón de pesos mexicanos), 25 mil fueron a parar a la cuenta bancaria del “Chocolatito” González y los otros 25 mil, a las arcas de la Comisión Atlética del Estado de California.

El “Chocolatito”, quien además de un título inventado para esta pelea ganó 725 mil por este combate, que añadidos a los 25 mil por el “forfit” de Martínez, suman 750 mil, es decir, 15 millones de pesos mexicanos.

Empero, el mexicano Martínez bajó del ring con algo simbólico, pero sumamente importante, que no había logrado en su carrera: el respeto de todo mundo, comenzando por el “Chocolatito” y la certeza de que puede competir en las verdaderas Grandes Ligas del boxeo.

Ambos dieron, pese a lo claro de la superioridad de uno sobre otro, un gran espectáculo que dejó a todos los que lo vieron, sobre todo a los que pagaron un boleto en la arena, la sensación de saciedad y de haber hecho una buena inversión de su dinero y de su tiempo.

Gracias a ambos.