Imágenes cortesía del Lic. Alejandro López Machain, entrañable amigo de esta casa editorial.
Mérida.- A dos mil 236 kilómetros de su casa, Miguel Ángel Canto Solís se probaba, aquél sábado 4 de agosto de 1973, los guantes que iba a utilizar esa noche en la que sería el inicio de su saga campeonil que le llevaría a sostener 18 peleas de título del mundo.
Sentado en un salón de un Hotel de Maracaibo, Venezuela, el yucateco, campeón nacional de peso mosca de México, oía la lectura de reglas para su primera pelea de campeonato del mundo.
Pero quien las escuchaba era su mánager, mentor y especie de segundo padre, Jesús “Choláin” Rivero Gamboa, quien no perdía detalle, así como su agente boxístico, el también yucateco Rafael Mendoza Realpozo, quien gestionó la pelea.
Del otro lado de la mesa, su rival de esa noche, Betulio González lo veía de reojo, al igual que su manejador, Ángel Atilio Leal y su verdadero mánager, apoderado y promotor de la pelea: Rafito Cedeño.
Ambos habían pasado la para ellos no complicada prueba del peso y marcaron en la báscula lo necesario para pelear esa noche (en ese entonces el pesaje se realizaba ocho horas antes del inicio de la función…como siempre debió haber sido) dentro de la categoría de los 50.802 kilosgramos.
La velada sucedió en la Plaza de Toros de Maracaibo, donde todos los locales, Betulio incluído, ganaron sobre todos los cinco mexicanos que asistieron a ese encuentro.
Fue, aseguran quienes la presenciaron y las crónicas que desde ese sitio salieron hacia todo el mundo (en ese entonces una pelea de campeonato mundial era un suceso realmente mundial, a diferencia de los tiempos actuales) una pelea muy disputada y pareja.
El yucateco llevaba una ligera ventaja hasta el décimo episodio, pero después, bajó su ritmo, como en alguna ocasión el propio “Cholaín” Rivero reconoció en una de sus frecuenets y controvertidas colaboraciones al Diario de Yucatán.
Uno de los jueces, José Juan Guerra, el único mexicano que participó en el jurado, vio el pleito 147-147 y hace algunos años, antes de fallecer nos confió que Canto tenía iba ganando la pelea, pero se dejó alcanzar por el venezolano.
La pelea concluyó, finalmente, con una decisión mayoritaria (dos ventajas y un empate) en favor del ídolo local, que de esa manera conseguía el campeonato mundial mosca por segunda ocasión.
También, de esa manera, Betulio se convertiría, sin saberlo, en el más grande “villano” en la historia del deporte yucateco, pues sostendría cinco peleas de título mundial (seis en total) contra púgiles de esta parte del mundo.
A 50 años de ello, recordamos con emoción esa fecha tan importante en la que el deporte de Yucatán cambio para siempre y la división mosca dio un salto cualitativo en la que fue la mejor década de su existencia con púgiles como los citados, y otro enorme, Gustavo “Guty” Espadas, amén de otros nombres como Ignacio Espinal, Martín Vargas, Masao Ohba, Chartchai Chionoi.