Mérida.- Inspiración de muchos, quizás quienes mejor siguieron su ejemplo y abrevaron de su genialidad fueron otros de los grandes maestros de la historia del boxeo: Miguel Canto y Nicolino Loche.
Canto y muchos otros, algunas leyendas como él y otros que no alcanzaron ese estatus, se estimularon para subir a un cuadrilátero en lo hecho por el nacido hace 100 años como hoy en Middletown Connecticut: Gugliermo Papaleo.
Ni el nombre, ni el apellido significan mucho para la enorme mayoría de quienes gustan del boxeo, pero aquellos que tenemos en “pugilandia” nuestra segunda religión sabemos que ese nombre pertenece a un mega astro de todos los tiempos: Willie Pep.
El máximo representante, creemos, del arte en el boxeo, inició una nueva época en este deporte espectáculo, dominado, principalmente por guerreros y golpeadores, algunos, ciertamente de alta escuela, como Joe Louis, pero que no habían alcanzado la máxima expresión de la esencia del boxeo: pegar, sin que te peguen.
Y Pep lo hizo a la perfección, acuñando de hecho la siguiente frase: “Golpea al de enfrente, tanto como te sea posible, pero no dejes que te lastime”.
Fue Pep el primer boxeador de nivel mundial que usó simultáneamente velocidad, sentido de la distancia, técnica, oficio, intuición y valentía, para dejar con la boca abierta a todos los aficionados y arrancarles aplausos.
Incluso, se ha dicho que en una ocasión le dijo a unos fotógrafos de ringside, antes de iniciar un round, que sería capaz de ganarlo, sin tirar un solo golpe…y lo hizo.
Sus movimientos de cintura, de hombros, rolling (movimiento giratorio del cuello para evitar un golpe) su intuición, que le permitía anticiparse a las acometidas de su rival, sus pasos hacia atrás, o hacia adelante, moviendo la cintura en el momento exacto, para torear a su rival haciendo que se fuera en banda, le dieron ese y miles de rounds más en sus 200 y pico peleas,
Fue un real portento del boxeo, que no generaba exclamaciones o gritos súbitos, sino aplausos y hasta risas, a veces, por la manera en la que ridiculizaba boxísticamente a sus contrarios.
Es el máximo antecedente de figuras como el citado Canto, pero también de otros astros de todos los tiempos como Mohamed Alí, Ray Leonard, Floyd Mayweather, Ricardo López, quienes eran un poco más ofensivos, respecto al “Maestro” yucateco y al propio Pep.
Uno de sus “sucesores”, quien creemos lo superó, en el manejo de la cintura, fue el gran argentino Nicolino Loche, un boxeador más apegado a la esencia de Pep y de Canto.
Al gran estadounidense de origen italiano le cupo el honor de ser el primer protagonista, junto con Albert “Chalky” Wright (pelearon tres veces, ganando todas Pep) de la primera pelea, transmitida de manera masiva ( pocos años antes hubo otra, pero fue transmitida en una especie de circuito cerrado) el 29 de septiembre de 1944, desde el Madison Square Garden.
Pep peleó profesionalmente en 241 ocasiones, ganando 229 pleitos, con solo 65 nócauts, perdiendo 11 veces y empatando una, desde 1940, hasta 1966, pero su principal triunfo físico en vida fue haber sobrevivido a un avionazo, del que él fue uno de los muy pocos que no murieron en el año de 1947, tras partir de Miami.
Golpeado, lesionado, conmocionado, regresó cinco meses después a pelear, logrando una hilera más que impresionante de 73 triunfos antes de perder.
Fue campeón del mundo de peso pluma en dos ocasiones, peleando muchísimas veces, siendo campeón del orbe, pero sin exponer la corona.
Su némesis fue otro enorme púgil de cualquier época, Sandy Saddler, con quien perdió en tres de cuatro peleas, todas ellas por el campeonato mundial de los plumas.
De todas esas reyertas, Saddler noqueó en todos sus triunfos a Pep, quien en la segunda lo venció por la vía de los puntos en el Madison Square Garden, misma sede de su combate inicial.
Luego de su prolongadísimo paso por el boxeo como púgil activo (se mantuvo en ese lapso seis años en el retiro), Pep mantuvo su actividad como réferi, actividad que inició durante su retiro temporal.
Como réferi, trabajo en varias peleas de campeonato del mundo y en muchos países, supervisando pleitos de grandes, como Gabriel “Flash” Elorde y Éder Jofre.
Con el tiempo fue acentuando su legado, convirtiéndose en una leyenda viviente, hasta que el “Padre Tiempo” comenzó a esquivar sus artes boxísticas y fue sometiéndolo hasta hacerlo inmune a enfermedades.
Una de ellas el Alzheimer se apoderó de su mente, socavándolo, hasta que cobró su existencia el 23 de noviembre de 2006 en Rocky Hill, también en Connecticut, donde vivía en una casa de retiro. (Descanse en Paz).
EL tristemente recordado boxeador yucateco César “Borrachito” Morales, ( perdió la vista por desprendimiento de retina en ambos ojos) lo llevaron como carne de cañón, (si mal no recuerdo en dos ocasiones) a pelear a USA ni más ni menos que con Willie Pep. Terminó sus días vendiendo en las cantinas boletos para rifas de diversos artículos, que al parecer nadie reclamaba. Lo apodaban “Borrachito” por su forma de desplazarse en el ring que daba la impresión que estaba ebrio. Eso sí fue todo un bravo del ring y un fajador que no daba ni pedía cuartel; creo que por eso se lo llevaron a Pep y según se decía, a consecuencia de esa o esas peleas perdió la vista. Saludos J.C.
Hola profesor, sí, yo tuve la fortuna de conocerlo en el Carta Clara siendo niño, iba guiado por un niño, que lo llevaba como su lazarillo. En definitiva no creo que haya sido la pelea de Pep la que lo dejó ciego, pues tras ese pleito peleó varias veces aún en Estados Unidos, donde ganó en más de una ocasión. Le envío un saludo.