New York.- El expresidente Donald Trump volvió a la escena del deporte profesional estadounidense, esta vez, para pedir el boicot al béisbol de las Grandes Ligas.
Ello, en protesta por la nueva ley de votación aprobada en el estado de Georgia, que ha hallado rechazo entre Republicanos, militantes del partido antagónico al Demócrata, hoy en el Gobierno.
Trump, quien durante su mandato tuvo un enfrentamiento permanente con las principales ligas por considerar que estaban “politizadas” y los directivos “coaccionados” por las amenazas de los jugadores, instó a los aficionados a boicotear la competencia.
El expresidente afirmó que el liderazgo de las Grandes Ligas tenía “miedo de los demócratas radicales de izquierda”, alegando que el partido presionó al comisionado, Rob Manfred, para cambiar la sede.
Trump también apuntó a las grandes corporaciones con sede en Atlanta como Coca-Cola y Delta, que emitieron declaraciones contra la ley de Georgia, pues pueden seguir el mismo camino del boicot que van a sufrir las Grandes Ligas.
“El béisbol ya pierde un gran número de fanáticos”, escribió Trump, “y ahora se van de Atlanta con su Juego de Estrellas porque temen a los demócratas de izquierda radical.
“Es gente que no quiere una identificación de votante, que se necesita desesperadamente, para proteger nuestras elecciones”, alegó el controvertido y conflictivo sujeto.
Por su parte, el gobernador Kemp definió la decisión de las Grandes Ligas como una auténtica “locura”, y afirmó que las leyes electorales en Nueva York, sede de las Grandes Ligas, seguían siendo “más estrictas” que las de Georgia.
Durante su presidencia, Trump criticó repetidamente a la Liga Nacional de Futbol Americano (NFL) por permitir protestas de los jugadores durante la interpretación del himno nacional antes de los partidos.
Eso es algo que él consideró como un “insulto” y “falta de respeto” al país entero, en lo que, por cierto, mucha gente le dio la razón de manera plena.
El año pasado calificó a la NBA como una “organización política” después de que varios equipos suspendieran los partidos de playoffs en protesta por la brutalidad policíaca.
Trump también ha definido a la NBA como “comprada” por China, alegando que la liga de baloncesto ha favorecido sus propias ganancias en el extranjero sobre el apoyo a políticas prodemocráticas.
Su enfrentamiento fue también con las estrellas de la NBA, encabezadas por el alero LeBron James, de Los Angeles Lakers, que rehusaron a visitar la Casa Blanca mientras él fue mandatario.
Todo lo contrario de lo que sucedió con su antecesor en el cargo, el demócrata Barack Obama, a quien las estrellas de la NBA admiraban y en la actualidad lo tienen como “asesor”.
El sindicato de jugadores confirmó que había consultado con Obama antes de decidir el boicot de varios partidos de playoffs en protesta por la muerte del ciudadano de raza negra George Floyd.