Mérida.- La Universidad Marista liga su segundo triunfo a costa de los Diablos de la Bojórquez a los que venció 4 x 3 en su propia casa del poniente de la ciudad.
La Marista contó con el látigo dominador de Jesús Alonso quien prácticamente rocío con agua bendita los maderos infernales dejándolos inservibles.
Durante su brillante labor de cinco episodios que le valieron el triunfo, únicamente le conectaron tres imparables, uno de los cuales salió del parque.
También aceptó tres anotaciones, anestesió a nueve pingos, golpeó a dos y obsequio una base. Su relevo, Nicolás Ortiz tampoco desentonó ya que en cuatro entradas de labor solo admitió un imparable y se acreditó el salvamento.
Por el lado de los luciferes, el experimentado Juan Salvador Delgadillo cargó con el revés al tolerar las cuatro anotaciones estudiantiles en seis entradas de trabajo.
En ellas permitió nueve incogibles, uno de ellos, de vuelta entera. También ponchó a ocho, pero firmó cinco pasaportes. Su relevo Gerardo Negrón realizó una excelente labor sin permitir imparables.
La Marista fue la que rasgó el celofán en la alta de la segunda tanda, cuando Henry Carrillo largó sencillo, Rodrigo Uicab recibió pasaporte y Yahir Ramírez se sacrificó para avanzar a ambos.
Sin embargo, Carrillo no se detuvo en la antesala y aprovechando el tiro a la inicial conquistó el pentágono al que llegó para el 1×0 en el pizarrón.
En el cierre del mismo episodio, el pingo Rigo Gómez caminó a la inicial y seguidamente de estafó la intermedia. Aarón Olivera conectó sencillo y Gómez alcanzó la antesala desde donde igualaría la pizarra 1×1 con rodado de Iván Chuil.
En la parte alta del tercer capítulo el ciervo Daniel Cornejo la desforró en solitario para adelantar nuevamente a la Marista con score de 2×1.
En el quinto inning Sergio Pacheco puso adelante a los kisines con cuadrangular por el jardín izquierdo llevándose por delante a Raymundo Aguayo que se había embasado con doble, para adelantar a los infernales 3×2.
Acto seguido, Agustín Ruiz se paró en la caja de betoo y conectó un panorámico tablazo que se aporreó con la barda central permitiendo a Ramírez y Parra pisar el plato y cerrar la contabilidad 4 x 3.