Tenosique.- La vida de Ángel “Gello” Zubieta Valenzuela llegó este día a su fin a los 72 años en esta fronteriza municipalidad de Tabasco, de donde salió para convertirse en el más singular y colorido referente del “umpireo” en la pelota mexicana en al menos los últimos 40 años.
Lo conocían simplemente como Ángel Zubieta y se dio a conocer por su locuaz estilo que hacía estallar de la risa a los aficionados y enfurecía a más de un pelotero, sobre todo cuando les cantaba el tercer strike, o los declaraba fuera en home.
LE PONÍA PIMIENTA
El tabasqueño aderezaba los juegos, donde fuera, principalmente en el añorado parque del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el ya desaparecido gran clásico Diablos-Tigres.
O también en partidos de enorme rivalidad como los de cualquiera de esos dos clubes, contra los Sultanes de Monterrey, o Leones de Yucatán.
Sus vuelos en los que parecía levitar sobre la caja de bateo, mientras decidía el safe o out, o su manera de retroceder y dejarse caer atrás de home plate, como si un rayo le cayese encima, permanecen en la mente de aquellos que tuvimos la suerte de vérselos ejecutar.
Ícono de esa gran responsabilidad en la década de los 80´s, cuando el béisbol mexicano tuvo su último gran punch mediático en este país, principalmente a través del Canal 13 de la desaparecida Imevisión, Zubieta fue también un juez eficiente y efectivo.
Sin embargo, su estilo picoso, “sabroso” e hilarante, sobre todo si en los altavoces ponían música tropical (antes de la odiosa y vulgar “música” de delincuentes de ahora), eclipsaba la que en los hechos era su principal virtud, su buen criterio para “umpirear”.
ESTABA “CHOP”
Ahhh, y además, solo veía con un ojo…sí, como usted leyó amigo lector, con un solo ojo.
Don Ángel murió a los 72 años, al parecer, víctima de diversas dolencias, ya varios años después de retirarse de la pelota de la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) y de la Liga Mexicana del Pacífico (LMP).
En 1980 fue premiado como el mejor de ese año, un año incompleto por aquella huelga que impidió el desarrollo total de la LMB.
De entre sus actuaciones detrás del home, Zubieta es recordado por el salto que dio para no estorbar cuando Porfirio Mendoza, del Campeche, intentaba evitar a Tony Castillo, de Tigres del México para no ser puesto fuera.
Por este brinco se ganó el apodo de el “Canguro Valenzuela”.
ERA BRAGADO
Su fama lo llevó a trabajar en diamantes de Estados Unidos y su eficiencia a mantenerse allá algún tiempo, aunque no llegó a las Ligas Mayores.
Al finalizar su trayectoria en los diamantes regresó a Tenosique, donde combinó actividades del campo con la ganadería (como buen tabasqueño).
Lo recordaremos con una gran sonrisa