Tijuana.- Los Toros de Tijuana embravecidos y a prueba de cualquier faena o estoque, consumaron el mejor regreso de la pelota mexicana de verano en los últimos 50 años al vencer y blanquear 3×0 a los Leones de Yucatán, para derrotarlos por cuarto juego al hilo, embarrarlos de vergüenza y coronarse, justa, merecidamente, campeones de la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) en 2021.
Aún en un juego difícil, complicado, los Toros hicieron las cosas nuevamente mejor que los campeones del sur que dejaron pasar las opciones y oportunidades de consumar un regreso en el partido que los Toros ganaban desde el tercer inning.
El mejor retrato del juego y de los tres que le antecedieron fue lo acontecido en el séptimo inning en el que con dos hombres en base, con un out y perdiendo 0x2, el relevista Michael Tomkin remeplazó a Jake Sánchez, que había “pasaporteado” a Alex Liddi y Art Charles.
Con la oportunidad y con solo dos carreras de diferencia, Tomkin, bien sustituido por el mánager Homar Rojas, apretó el brazo y recetó sendos ponches a Sebastián Valle y a José Juan Aguilar para conjurar el peligro y darle a los melenudos un duro, acaso definitivo golpe anímico.
Fue algo así como decirle a los Leones: con nosotros no pueden.
Para terminar de amolarla, en ese mismo séptimo acto, un mal tiro de Liddi a la primera base, a batazo de Daniel Castro le abrió las puertas a Isaac Rodríguez para anotar el 3×0 y sentenciar el juego.
Tristeza, impotencia, no sabemos cuantos sentimientos similares más se amalgamaron en el corazón de los aficionados yucatecos y, seguramente, de la directiva.
Una directiva que hizo, como siempre, todo lo que consideró necesario para ganar, sin escatimar recursos, pero que no pudo ver coronado su esfuerzo en una campaña que inició regular, se complicó, mejoró y tuvo tres play offs de antología, pero que no llegó a la meta cuando ya había completado 15 de los 16 pasos necesarios.
Esta noche, una afición que hace una semana veía como su equipo cruzaba el país tras caer en los dos primeros juegos y vio por televisión como perdían el primero en el Parque Kukulcán, saboreó en persona el triunfo de manera única. Un ambiente único sazonado por esos primeros descalabros.
Todos ellos, tijuanenses y yucatecos que vinieron, presenciaron por segunda vez en la historia cómo un equipo que cayó en los primeros tres juegos por el título remontó y se quedó con el campeonato. Sucedió en 1971 con Charros de Jalisco y ahora, 50 años después, con sus Toros de Tijuana.
Teddy Stankiewicz se quedó con la decisión. Brilló con su serpentina, ya lo había hecho en el primer triunfo del regreso tijuanense y ahora tuvo labor de 6.0 EL, permitió tres imparables, cero carreras, dio una base por bolas y ponchó a seis.
Los números del lanzador derecho en esta Serie del Rey contrastan con su única en temporada regular en la que tuvo una apertura en la que se fue con la derrota y tuvo un PCLA de 15.43 tras permitir cuatro carreras en 2.1 innings. En Serie del Rey tuvo 9.1 EL, dos victorias, permitió cuatro imparables, dio dos bases por bolas y ponchó a nueve rivales.
Pete O’Brien, de 4-1 con cuadrangular, una producida y una anotada, encendió las tribunas con un jonrón sin gente en base. El inigualable sentimiento de estar arriba en la pizarra en un juego decisivo se hizo presente en la frontera.
La dupla de los Castro se hizo presente en el quinto rollo. Leandro Castro, de 4-1 con una carrera producida, amplió la ventaja con un imparable al jardín izquierdo que remolcó la carrera de Daniel Castro.
Previamente, cuando se embasó Daniel Castro, Luis Matos sacó la grúa para retirar a Jake Thompson, quien lanzó 4.2 entradas, permitió cinco hits, dos carreras y retiró a cinco por la vía del ponche y no dio bases por bolas.
Ya luego vino todo lo sucedido en el séptimo acto que, por un lado evidenció a unos que no podían, con la mesa puesta para empatar, y a otros que incluso ampliaron su ventaja.
Cada turno de los toleteros locales era celebrado antes de saber cuál sería el desenlace. El sonido local y los cánticos de los aficionados tuvieron una sincronía absoluta que vivirá en la memoria de todos.
En el último inning, los celulares de los aficionados fueron los encargados de iluminar el diamante. El estelar Fernando Rodney, cerrador de los tijuanenses, fue recibido con llamas de fuego y el estadio explotó, al ver ya el título demasiado cerca.
“La Flecha” retiró a sus tres rivales, a dos de ellos por la vía del ponche y todos los jugadores ingresaron al terreno de juego para ser ovacionados por la afición.
Efrén Navarro fue elegido por la prensa especializada como el Jugador Más Valioso, gracias a sus ocho carreras producidas, seis de ellas en el Juego 6, un cuadrangular y ocho imparables en 26 turnos.
P.G. Teddy Stankiewicz (2-0, 0.00)
P.P. Jake Thompson (1-1, 1.86)
HR: Peter O’Brien (1).
CLUB | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | C | H | E | ||||
YUC | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 3 | 2 | ||||
TIJ | 0 | 0 | 1 | 0 | 1 | 0 | 1 | 0 | 0 | 3 | 10 | 1 |