Por John F. Ruby
Hamilton.- El boxeador canadiense Steven Wilcox aguantó una salvaje, aunque desordenada arremetida de su desafiante mexicano Óscar “Elegante” Arjona, que en su desesperación no supo como someter y definir por la vía rápida una pelea que llevaba perdida claramente, para quedarse con las ganas de conquistar el fajín superligero de Norteamérica de la AMB, esta noche en esta ciudad canadiense.
La campana llegó como agua en el oasis para el local que, cansado y confiado tras haber puesto previamente al borde del nócaut al de la suroriental provincia de Yucatán, fue víctima de su cansancio y de no respetar a Arjona que lo prendió en ese décimo acto y lo trajo por la calle de la amargura, aunque le faltaron recursos, pero sobre todo serenidad para acabar la pelea.
Arjona, quien al inicio de la pelea fue claramente superado por la velocidad del canadiense, que incluso lo vapuleó por momentos, sufrió para meterse al pleito, pero con pantalones y deseos, logró ingresar al terreno corto del campeón que tras dominar claramente los tres primeros rounds, comenzó a recibir “candela” en el cuarto y quinto, lo que niveló la pelea.
Poniendo distancia de por medio, WIlcox pudo quitarse al encimoso Arjona que luego de un mal sexto round, “lo saludó” en el séptimo con un volado de derecha que le viró el rostro, casi a la “exorcista”.
Empero, la respuesta vino enseguida con un ataque decidido del campeón que con combinaciones puso en la lona al “Elegante”, quien en aparente buen estado se levantó para continuar, solo para ser nuevamente conectado y hora sí irse en visible mal estado al tapiz.
Parecía que independientemente de levantarse o no, Óscar no seguiría, pero, como dicen en su tierra, Yucatán, “pellizcándose uno y haciéndose jich el otro”, se reincorporó y convenció al réferi de que podía seguir.
Así, con una clara ventaja de Steven, llegó el décimo round, en el que entero aún, Arjona salió a morirse en la raya, advirtiendo el cansancio del campeón y lo acosó, golpeándolo con todo y donde cayera, hasta que con un volado de derecha, y un gancho de izquierda, justo cuando el canadiense retrocedía, pero cometiendo el error de no tirar golpes, lo prendió poniéndolo en mal estado.
Wilcox no cayó, y si así hubiera sido, se advertía difícil que se levantara por su cansancio y buscó refugio en las cuerdas a donde Óscar Arjona llegó a castigarlo, con vehemencia, pero poco orden y estrategia en ese momento justo de la pelea.
La serenidad que le faltó al yucateco, le sobró a Wilcox, que bloqueando golpes y tratando de abrazarse, logró que pasaran segundos de oro para él que le permitieron acomodar sus pensamientos y buscar cómo sobrevivir, pues si bien el round estaba perdido, la pelea ya estaba ganada por la vía de los puntos.
Con gran bending (juego de cintura), Wilcox esquivó los ganchos que le caían como rayos, a los que quizás les hizo falta un uppercut para conectarlo bien y mandarlo al tapiz.
Arjona tiró y tiró, y si bien conectó algunos golpes, estos cayeron en los brazos y de refilón, mas no plenos en la cabeza del monarca que tuvo una bien merecida recompensa cuando escuchó la última campanada.
MERECIDA RECOMPENSA
El aplauso del público fue el mejor premio para ambos, pero sobre todo un reconocimiento para el mexicano al que el anunciador pidió que lo despidieran con más aplausos y una ovación por su gran esfuerzo.
La decisión fue un mero trámite y permitió a Wilcox, ahora con 17-2-1 y 5 kos, desquitarse de Arjona (13-6-0 5 kos) que lo había superado por decisión en Kanasín, Yucatán a finales del añ0 pasado.
No fue una presentación ideal, pero sí digna y competitiva la del yucateco que de esta manera hizo su debut internacional bajo el auspicio de Three Lions Promotions de Daniel Otter, quien lució feliz por el magnífico espectáculo, pero sobre todo por el lleno que logró en el Hamilton Convention Center de esta urbe.