Guadalajara.- Honda, profunda conmoción ha ocasionado en el deporte y en la sociedad jalisciense el secuestro y posterior asesinato del bien recordado parador corto, Ricardo “Richie” Herrera, quien jugó profesionalmente entre las décadas de los 70´s 7 90´s, y 15 campañas en la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) y en la del Pacífico (LMP).
Herrera, quien fue parte de los Leones de Yucatán en las campañas de 1988, 1989 y parte de los 90´s, fue interceptado saliendo de su negocio por un grupo de maleantes con quienes forcejeó y estuvo a punto de escapar de ellos, pero pudieron sujetarlo y meterlo en una camioneta.
“Richie”, de 62 años, “menudito” de cuerpo y una persona entera, pero ya no plenamente (es de la tercera edad), sostuvo un fuerte pleito con los sujetos que tras dominarlo, huyeron con él.
El secuestro fue perpetrado, presuntamente, por motivos económicos y el ex torpedero de los Leones y Piratas de Campeche, entre otros clubes, el 8 de junio pasado y su cuerpo fue hallado un día después.
Empero, fue posteriormente, cuando trascendió su muerte al ser hallado su cadáver, con muestras de violencia y signos inequívocos de ejecución.
Herrera jugó también en otros circuitos, como la Liga Mexicana del Pacífico (LMP), con clubes como los Naranjeros de Hermosillo y los Ostioneros de Guaymas.
En ese entonces, jugaron contra los Tecolotes de los dos Laredos, con quienes perdieron esa serie de título en seis partidos, uno de ellos con una balacera de por medio en el parque “La Junta”, donde no hubo muertos.
No se le hizo ser campeón de la LMB con los Leones, pero sí lo logró seis años antes en 1983 con los Piratas de Campeche ante los Indios de Ciudad Juárez.
Herrera era un tipo simpático, de baja estatura, delgado y muy dado a “cotorrear” y a bromear con sus compañeras y otras personas. Siempre estaba acompañado de su joven, como él y muy guapa y simpática esposa.