El “Mantequillita” Nápoles honró la alcurnia boxística de su apellido
Mérida.- Ángel “Mantequillita” Nápoles dejó esta noche en claro que el apellido no lo trae de adorno, sino que sabe hacerlo pesar en el cuadrilátero y, si no, que se lo pregunten a quienes estuvimos hoy en el Centro Internacional de Convenciones Yucatán Siglo XXI.
Con una actuación efectiva, eficiente y contundente, el nieto del enorme José Ángel Nápoles Colombat derrotó, mediante tremendo nócaut técnico, a nuestro muy querido y buen boxeador Pablo “Rojo” Peraza en el tercer episodio de la pelea estrella de la sensacional velada promovida por Rosarito Boxing de Santiago Pérez Arjona.
Un upper cortito, pero preciso, con la trayectoria necesaria para hacer daño, precedido de otro golpe que dañó al “Chac Pool” (Rojo) puso fin a las cosas a los “54 del tercer episodio de una pelea en la que el visitante dio menos, pero golpes más dañinos.
Peraza, al caer impactó su cabeza en la lona, quizás no tan espectacularmente como en casos previos en esta misma gran función, pero sí dejando en claro el daño recibido.
El poder del “Mantequillita” Nápoles no dejó opción a la valentía del “Rojo” Peraza
Valiente, el “Rojo” hizo el intento por irse arriba, pero él mismo se dio cuenta que la bruma en su cabeza era el siguiente rival a vencer y no la superó.
Otra buena, eficiente, oportuna actuación de ese muy buen réferi que es Mario “Bigotes” Mena puso fin a las acciones al segundo 54 de ese tercer episodio, marcando la segunda derrota de Peraza, a cambio de 15 éxitos, con siete noqueados.
“Mantequillita” Nápoles, tipo que pinta para cosas grandes, mejoró a 18 triunfos, 10 de ellos por la vía de la “anestesia” y tres derrotas.
Iba por la chola del “Rojo”
El capitalino de sangre cubana dejó claro desde que subió al ring que iba por la cabeza del “Rojo”, algo que solo los aficionados con largo trecho en las arenas advirtieron.
Sin aspavientos, calculador, concentrado, tiraba golpes buscando marcar la distancia, para conectar al yucateco y cada vez que lo hizo, dejaba evidencia de su potencia. Quería cazarlo…¡¡y lo logró!!
Poder reducido del “Rojo” ante la fortaleza del “Mantequillita” Nápoles
Peraza, por su lado, tiraba y conectaba más golpes que equivalieron al viento acariaciando el tronco de un “árbol de pich”.
Luego de un primer round parejo, quizás con mínima ventaja para el “Mantequillita” Nápoles por la potencia de sus golpes, llegó el segundo en el que el de la Ciudad de México comenzó a abrirse de capa.
Así, sus guantes comenzaron a sacudir la humanidad del “Rojito”, quien valiente, no cambió el script de su pelea tratando de conectar a un oponente más lento, pero que atisbaba el momento de conectarlo y acabarlo.
Y, así, pocos momentos después, llegó el final del combate y el triunfo merecido de Nápoles.
La noche de las batallas
Peraza, como hombre de vergüenza que es, enfrentó otra batalla interna, para no dejarse vencer por las lágrimas que atisbaban en sus ojos.
Y, así, con el apoyo de su señor padre y del propio “Mantequillita” Nápoles, quien terminó de ser grande, enorme en la victoria, recibió una cascada de aplausos de las mil o más personas que hicieron una muy buena entrada en el Siglo XXI.
En memoria de Don “Mantequilla”
Por si fuera poco, su victoria significó un regalo simbólico para la memoria de su señor abuelo, dos veces ganador en Mérida en la década de los 60´s y quien este domingo habría cumplido 85 años.
¿Es el fin para la carrera del “Rojo”?; no, carajo, por supuesto no lo es, pero sí, hay que decirlo, es un severo alto en su camino y pone a pensar sobre sus alcances.
Pero hombres de fé, buenos como él, como su padre, su manejador, Julio Tarragó y su apoderado, el contador Pérez Arjona, pueden venir de atrás y regresar a la senda del éxito.
¡¡Dios dirá!!.
“LAS DE ABAJO”
¿QUÉ PELEA VIERON LOS SEÑORES DE LAS TARJETAS?
En el que posiblemente ha sido el yerro más evidente en la aún jóven administración del caballeroso abogado Jorge Martín Pech al frente de la Comisión de Boxeo de Mérida (CBM), los señores jueces se sacaron de la chistera un triunfo inmerecido para el local Marcos Peña.
El “cubateco” se batió como los meros machos, e iba, de hecho, ganando, “perech”, pero ganando la pelea hasta el tercero de los seis episodios pactados.
Sin embargo, la fortaleza, iniciativa, fogosidad y combatividad del capitalino Daniel Hernández le debieron redituar una victoria sobre el nacido en Cuba y hecho boxeador profesional en Yucatán.
Orgullo del Instituto Politécnico Nacional
En pelea en peso pluma, el futuro Ingeniero del glorioso Instituto Politécnico Nacional (IPN) comenzó llevándose el primer round con buenos recursos, quizás boxeando un poco “desgarbado”, pero haciendo lo necesario para haber ganado ese primer episodio.
“Peñita” vino por los rounds dos y tres y parecía que tenía con que llevarse la decisión tomando en cuenta que la dinamita no tiene espacio en sus guantes.
Hernández se adueñó de las acciones
Pero a partir del cuarto round, Hernández se adueñó de las acciones yendo hacia adelante, tirando más, mejores y más potentes golpes sobre un “Peñita” que no se rindió, no dejó de tirar golpes, pero que sí se vio superado.
El mismo escenario se vio en el quinto episodio persistió en el sexto en el que Peña, quizás sintiendo que se le iba la pelea de las manos trató de tirar más, pero no pudo “montarse” sobre un Hernández que, como “perro de presa”, lo llevaba de un lado a otro la tarima y contra las cuerdas.
Mucho extrañó que la esquina de Peña no le dijera o, en todo caso, él no obedeciera, que debía haber tirado más el jab para alejar a ese barreno que se le venía encima, tirando golpes desde todos los ángulos.
El triunfo de Hernández, no fue “de calle”, pero sí indiscutible, indudable, pero los jueces le dieron la victoria al local.
Marquitos mejoró a 6-1-0 y el capitalino quedó con 6-3-0.
Una mancha para la CBM, ni modo.
Batalla no batalló mucho
En peso súperligero, ese buen boxeador que es el capitalino Jorge Batalla (es su apellido) Martínez, dio una demostración de inteligencia, recursos, técnica y gran manejo de pelea para vencer gradualmente y socavar al valiente cancunense Alan “Carpintero” Camacho.
Batalla Martínez, primer victimario del “Rojo” Peraza, golpeó repetida, sistemáticamente el rostro del colega de “Gepetto” al que dejó un verdugó en el ojo derecho al final del primer episodio.
Ondeando el cuerpo, para eludir golpes y para entrar al terreno del valiente, aunque algo elemental en su boxeo Camacho, el capitalino fue taladrando el cuerpo, mas no la moral de Camacho, hasta hacerse amo y señor de la pelea.
Así, llegó el cuarto episodio en el que ya viendo frágil a Camacho, Batalla se le fue encima llevándolo a las cuerdas, donde comenzó a darle una tunda.
Bien “Resortitos”
Seguidamente, el reaparecido Josué Pereira Carcaño entró oportunamente para detener las acciones al 1:52 de ese cuarto acto.
Batalla mejoró a 11-5-0, mientras que Camacho quedó con 3-5-1.
Se lució la “Tortuga” Garrido
En peso pluma, Daniel “Tortuga” Garrido ofreció la mejor actución de los yucatecos en la noche al arrasar y pasarle por encima al bravo cozumeleño Óscar “Pulpo” Castillo.
Castillo vino a atacar, a llevarse la victoria, pero siempre estuvo lejos del objetivo. Garrido con su fortaleza y su recto sólido de derecha lo mantuvo a raya y hasta lo hizo sangrar temprano.
La “Tortuga” salió de su caparazón para el segundo episodio en el que puso en la lona al octópodo, quien, macho, se reincorporó.
Ya para el tercero, hecho un huracán, pero no con trayecotria desordenada, Garridito remató a su rival con una combinación con la que lo envió desconectado a la lona.
En consecuencia, nuestro buen amigo del “Mostacho” ni siquiera le contó. El tiempo fue de 2:03 de esa tercera ronda.
El “quelonio”, tipo de amplias espaldas y de hambre de gloria, mejoró a 8-0-0 y el de los ocho brazos quedó con 3-8-2.
(AMPLIACIÓN EN BREVE).