Mérida.- A continuación datos, anécdotas y cualquier otra cosa relativa a la función del sábado 15 pasado en el Centro Internacional de Convenciones Yucatán Siglo XXI, promovida por Max Boxing.
1.- No fue una mala función, pero le faltó “prender” en lo general, sobre todo en la estelar, donde, de nuevo, el sonorense Yahir Alan Frank, quien peleó por quinta vez en Mérida, quedó a deber en cuanto a entrega y deseos de agradar.
Frank se conformó con su propósito principal que fue el de ganar la pelea y nada más. Al norteño no le han enseñado aún, o quizás no ha entendido que no debe pelear solo para él, sino para quien paga por verlo.
De eso depende su futuro económico, de la emotividad y fervor que le inyecte a sus peleas, “vacuna” que será proporcional al estado de ánimo que genere en los fans no solo yucatecos, sino de todos lados que lo ven por televisión.
Si no es espectacular, aunque sea emotivo, aún así logre ser campeón del mundo, con ese estilo monorítmico siempre será boxeador de “relleno” en funciones importantes y su cartera lo resentirá.
2.- Y muchos se preguntarán, ¿porque programan a este y a otros púgiles en los turnos estelares? y la respuesta es porque no hay talento local que permita llenar esos espacios.
Los mánagers locales no son capaces se generar figuras, sino boxeadorcitos de seis u ocho rounds que cuando salen a otro lugar quedan evidenciados en su bajo nivel y eso no es de ahora, es de mucho, mucho tiempo atrás.
Max Boxing y las otras empresas que aquí han operado han hecho lo suyo por años, pero los entrenadores no. Se han conformado con seguir ejerciendo de lo que aprendieron, o creyeron aprender hace 30, 40 o 50 años, de la época de Edilberto “Beto” Rivero y el insigne Jesús “Choláin” Rivero.
Pero el boxeo ya evolucionó, se ha ido por una vertiente de más desarrollo hacia lo atlético, hacia lo físico y el conocimiento para ello no permea en quienes enseñan o creen enseñar boxeo en Yucatán.
4.- Como siempre, muy buen trabajo de Max Boxing en la organización del pleito, desde la ceremonia de pesaje, hasta la última campanada y de hecho, nos regalaron una pelea de más.
5.- Queremos, de manera muy, pero muy sincera reconocerle a la empresa el hecho de que cobre precios razonables por ingresar a la arena de boxeo. Los tiempos de cobrar 50 o 100 pesos por entrar a un espectáculo en vivo debieron acabar años atrás y el boxeo era el único que aún lo hacía hasta hace no mucho.
El boxeo cuesta y cuesta mucho organizarlo y quien se arriesga a promoverlo merece cobrar y cobrar bien, sobre todo si presenta un espectáculo de nivel nacional o hasta internacional como es el caso de Max Boxing que ha revalorado este deporte.
Hoy día, cualquier “cantante” de “música” agropecuaria y que hace apología del crimen y delincuencia “se la deja caer” a los “pentontos” que pagan hasta cinco mil o más pesos por verlos abrir la boca en play back; no puede ser que por el boxeo que es un espectáculo en vivo no se cobre lo justo.
6.- Por otro lado, también le reprochamos el hecho de que venda cervezas y bebidas de manera forzada a dos por cada solicitud; es decir te venden dos cervezas a fuerzas, no solo una y si no, no te la venden.
Esa es una mala costumbre “inventada” por los Leones de Yucatán y que por lo que vemos ha permeado en otros espectáculos presentados ahora en Mérida.
Ojalá la autoridad federal, la Profeco, intervenga para detener estos abusos comenzando en el béisbol y terminando donde esta mala costumbre sea replicada.
7.- El caso de Hafit Talavera es preocupante, pues no es un mal boxeador, que tiene técnica, no se arruga, pero que como ha sido a lo largo de su carrera, sufre lo indecible para ganar sus peleas; otro que tampoco lució gran cosa, aunque se vio mejor, fue Russell Acosta, que venía de una prolongada ausencia y ganó bien, pero sin arrancar aplausos.
8.-Un acierto de la empresa, también, fue traerle un rival a modo al “Petrolero” Patrón, quien si bien no era precisamente un bulto, no representaba mayor peligro para el carmelita, quien boxeó unos cinco minutos antes de despacharlo.
Esa pelea era algo que el campechano necesitaba, pues desde mucho tiempo atrás sol0o había tenido no duras batallas, sino auténticas guerras mundiales, de esas que acaban las carreras de los boxeadores.
El rival de Patrón, un sinaloense de récord perdedor, pero de varias peleas, de esos que dan experiencia a sus rivales cayó repetidamente, pero no se rindió jamás, sino hasta que le pararon la pelea.
9.- Por cierto, uno de los dos apoderados del “Petrolero”, Francisco “Paco” Calderón no estuvo en la función, o al menos no lo vimos, por vez primera desde que su ahijado pelea aquí en Mérida.
10.- La Comisión de Boxeo de Mérida (CBM), muy bien como normalmente ocurre, sin problemas en nada, dando buenas decisiones y cumpliendo un papel discreto, pero por lo mismo, bueno.
Empero, dicho sea sin mala voluntad, tiene que checar bien lo que sucede con el registro del tiempo, pues no es la primera vez que al campanero Luis Rivera se le van tiempos precisos, como sucedió en la penúltima pelea en la que el cubano Adriano Sayuz Guzmán noqueó en siete segundos (según un cronómetro) y no en 20 como él asentó oficialmente, al “rival” que le trajeron para su debut profesional.
Sayuz solo alcanzó a tirar dos golpes (ambos conectados en el rostro) sin gran intensidad, para que el contrario buscara las cuerdas, donde el réferi Josué López Carcaño (su abuelo Don Fernando López Castañeda ha de estar orgulloso de él por lo buen réferi que es) “Resortitos” paró perfectamente las acciones.
El tiempo debe de ser cambiado de 20 a siete segundos en la sesión del próximo martes de la CBM, para ratificar esa pelea como la de menor duración en la historia del boxeo yucateco.
11.- Nos dio enorme gusto ver de nuevo como jueza en la CBM a la señora Jaqueline Manzur, hija del anterior presidente, José Manzur, dama que hizo otro buen papel en ese puesto.
12.- A quien nos extrañó ya no ver fue al Ing. Mauro Chalé, que, según versiones que escuchamos, renunció al cargo y ya no quiso seguir formando parte del organismo….(¿qué habrá sucedido?)
13.- Un dato curioso fue la pelea extra que el israelí More Vaknine ganó por nócaut en dos episodios al capitalino Fernando Solís Castro, quien no opuso gran resistencia.
Vaknine, quien subió al entarimado con la icónica Estrella de David en su atuendo, se convirtió en el primer boxeador nacido en esa importante nación en pelear en suelo yucateco, donde hemos visto pelear, desde japoneses, hasta australianos y paraguayos.
14.- También le pedimos, por favor, a la empresa, que regule quien ingresa a la zona técnica ostentándose como periodistas (hoy en día con las redes sociales, cualquiera cree serlo), pues le limitan la acción y los espacios, sobre todo a la hora de tomar imágenes, a quienes sí lo somos.
No participan, ni difunden, ni informan nada, no mantienen el boxeo vivo en la mente de los aficionados en los lapsos en los que no hay funciones, no van a las ruedas de prensa, ni a los pesajes, pero sí quieren su espacio y en lugar preferente a la hora de las veladas, queriendo hacer a un lado a los que sí hacemos la chamba desde años y décadas atrás.
15.- Nos extrañó mucho no ver al buen amigo, Director Operativo de Zánfer, Guillermo Brito Rodríguez, quien es, siempre, la representación de Zánfer en las funciones que promueve en Mérida. Empero, estuvo bien representado por su hijo Guillermo III, quien anduvo muy activo en el evento.
16.- El buen amigo anunciador Pablo Flores ya no nos “asustó” con veredictos equívocos como le sucedió el año pasado en el Polifórum Zamná, cuando se equivocó al dar el nombre del ganador de la pelea estrella. Hoy sí acertó….o leyó bien el papel.
Por allá andaba, también, el primer campeón mundial que tuvo Quintana Roo, Rodolfo “Rudy” López, que hace ya sus pininos como manejador boxístico. Verdaderamente, nos dio gusto ver y ver muy bien al querido y muy sencillo “Rudy”.