Mérida.- Península Deportiva lamenta informar del deceso del destacado periodista y hombre de letras, sr. Martiniano Alcocer Álvarez, quien se incorporó a la por demás lamentable lista de víctimas de la COVID-19.
Don Martiniano, quien se identificó con el deporte por su afición a la fiesta brava, murió en las primeras horas de este día a la edad de 79 años.
Según reporta el Diario de Yucatán, periódico donde trabajó unos 40 años y del que fue pieza fundamental en la que creemos fue la mejor época de ese rotativo bajo al dirección del sr. Carlos R. Menéndez Navarrete, Alcocer Álvarez murió en el Centro Médico Ignacio García Téllez (T-1) del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Allá había ingresado, según ese diario, por algunos problemas de salud, y luego, para su muy mala fortuna, se contagio de coronavirus, desarrollando la enfermedad de la COVID-19 que finalmente cobró su existencia.
Fue, el ahora eterno ausente, un auténtico valor de las letras y un referente del bien escribir y de la expresión apropiada en las distintas encomiendas que tuvo en ese rotativo y en otros medios en los que laboró.
En esa época en la que laboró en el casi centenario periódico, colaboró con lo que creemos ha sido lo mejor de lo mejor que esa publicación ha tenido, con gente como Jorge Muñoz Menéndez, Delmer Peraza Pacheco, Gaspar López Poveda, Gínder Peraza Kumán, Jorge Balam Díaz y Hernán Casares Cámara, entre otros, dirigidos por el recientemente fallecido Carlos R. Menéndez Navarrete.
Hombre de carácter, frontal, pero sin perder la ecuanimidad, un caballero, se reafirmó como tal hace ya unos cuatro años a ojos plenos de la sociedad yucateca, cuando se negó a perder su dignidad y a ser humillado por uno de los seres más despreciables y despreciados que hayan figurado en el servicio público de Yucatán y de México y usufructuado del mismo.
Sin palabras soeces, pero con firmeza, el sr. Alcocer se negó a rendirle pleitesía y a mostrar temor en público al tipejo de marras, “Maestro” de la egolatría y aficionado al olor a incienso quemado hacia su “persona”.
También, ridículamente célebre por sus “soliloquios, o monólogos” públicos en los que inicialmente generaba risas y, al final, bostezos.
Con ese hecho de dignidad Martiniano Alcocer firmó su impronta ante la sociedad y, también su contraparte, que así, por creer que por detentar un cargo público le tenían que besar los pies, confirmó ante los yucatecos su baja estofa.
Martiniano Alcocer Álvarez, originario y orgullo de Valladolid, con quien tuvimos coincidencias y discrepancias de tipo periodístico-deportivo, pasó, así a engrosar la luctuosa lista de colegas que han pasado a la siguiente vida a consecuencia de esta pandemia.
Además de él, fallecieron por esta enfermedad gente como los bien recordados colegas Arcadio Huchim Ascencio y Jesús Manuel “Chichonal” Erosa que, como él, deben estar descansando en paz…allá en el otro lado. Dios los bendiga a todos y le de consuelo a sus familias por sus pérdidas.