Dallas.- Saúl “Canelo” Álvarez no dejó mal a más de 70 mil espectadores a los que invitó a una fiesta mexicana amenizada con el himno nacional y chispas del folclore mexicano y con un dominio claro, pleno, obligó el británico Billy Joe Saunders a quedarse sentado en su banquillo.
El veredicto oficial fue un nócaut técnico en ocho episodios, luego de haberle tirado encima un mini alud de golpes, potentes, pero sobre todo bien colocados al cuerpo y rostro del británico.
El europeo, quien subió a la tarima como invicto, nunca pudo, al principio de la pelea, y ya luego no quiso aventarse a ir por el campeón CMB y (súpercampeón…vaya tontería) AMB, quien no le dio oportunidad de impactarlo y que cuando sintió que podía, se acomodó y soltó para castigarlo.
SE LE OLVIDARON EN EL VESTIDOR
El británico, quien mucho había habloteado y “vomitado” en los previos del combate, finalmente dejó en el vestidor los hue….que dijo se jugó para no ir a un cara a cara con el mexicano el martes y nunca se atrevió.
Y si no se atrevió es porque sintió que la potencia del golpeo del “Canelo” era demasiado para él y que retarlo, desafiarlo, era de sumo peligro.
Saunders no fue un oponente indigno, pero no tuvo los arrestos para ir por todo en la noche más importante de su carrera boxística.
Luego de un inobjetable dominio del americano, tras el fin del octavo episodio, Saunders regresó a su esquina con el ojo derecho semicerrado.
Su entrenador, Mark Tibbs, informó al réferi Mark Calo-oy que ya no saldría para el noveno episodio. El europeo ya no veía por el ojo derecho cuando se sentó en el banquillo.
Álvarez llevaba una clara ventaja en las tarjetas: Tim Cheatham (77-75), Max De Luca (78-74) y Glenn Feldman (78-74) lo favorecían unánimemente después de ocho rounds.
Su triunfo le permitió mejorar su récord (56-1-2, 38 KOs), y defendió el cetro mundial súpermedio del CMB, retuvo la vacilada esa que la AMB ha llamado “súpercampeonato” de ese mismo peso y ganó el de la OMB con el que Saunders subió a la tarima.
El inglés vio caer su marca a (31-1, 14 KOs) y además de perder el título mundial de la OMB, vio también desaparecer su marca imbatida.
Saunders ha sido el mejor desafiante que el “Canelo” tuvo en más de dos años, desde que venció con apuros al estadounidense Daniel Jacobs.
Antes, había superado con inobjetables cuestionamientos a una caterva de oponentes con finales para llorar, como sucedió con Sergey Kovalev, con un nócaut que convenció a nadie y a otros más que ni vale la pena recordar.
Saunders, a su manera, trató de presentar pelea, pero la capacidad boxística y agresiva del mexicano fue reduciéndolo poco a poco.
Su actitud de no irse desbordado por el ataque si bien puede hallar cuestionamientos, entre ellos el nuestro, es también comprensible, porque inferimos en que llegó al punto en el que entendió que no podría hacerle daño al “Canelo”.
Su esquina también “leyó” eso y al ver la lesión, el menor ángulo de visión que tendría en el último tercio del combate, prefirió ser cauta y optar por una derrota en la esquina, que verlo tendido en la lona y más estropeado.
De todas maneras, sentimos que le faltó ese extra que le sobra a los que aún en la derrota son grandes y que se mueren en la raya, o más allá de ella, para alcanzar un objetivo…eso no está en sus genes.
Antes, Saunders logró conectar a Álvarez e ingresar al terreno que le convenía con buena velocidad y recursos, aunque sin lograr, ni siquiera, estremecerlo.
Su mejor momento fue a mediados de la pelea, sobre todo en el quinto episodio en el que hizo ver algo desconcertado al jalisciense a quien superó en ese episodio.
Tras este triunfo, Álvarez, se infiere, iría por la corona FIB de Caleb Plant (21-0 12 kos) en septiembre bajo una nueva promoción del también inglés Eddie Hearn (Matchroom Boxing), si es que mantienen su relación de trabajo que contractualmente llegó a su final esta noche.