Nueva York.- El otrora campeón mundial de largo reinado en los pesados, Deontay Wilder, fue directo para lo que sigue, o podría seguir en su carera reanudada el sábado pasado con un rápido nócaut sobre el sueco Robert Helenius:
“Cuando los muchachos ven estos nocauts (como el que aplicó a Helenius), se alejan de mí. Estoy listo para lo que sea. Ya sea Andy Ruiz Jr. o Usyk, estoy listo.
En su primera pelea desde una trilogía épica con Tyson Fury, Wilder subió al ring por primera vez en poco más de un año y rápidamente le recordó al mundo por qué es uno de los golpeadores más temidos en la historia del boxeo contemporáneo y de muchas épocas.
“Lo preparé”, dijo Wilder. “Le permití alcanzarme y cuando llegó, ataqué. Fue una gran pelea. Ha sido un buen campamento para mí.
“Trabajamos para que esto fuera divertido para mí. Trabajamos en esto”. tanto que puede convertirse en un trabajo. Hicimos que fuera divertido de nuevo. Hicimos más de 700 rounds y valió la pena esta noche a lo grande”.
Como cabeza de cartel en el Barclays Center por quinta vez en su carrera, Wilder agregó otro punto culminante devastador a su currículum en la arena de Brooklyn y le dio crédito al escenario de la pelea por agregar la inspiración que lo llevó a su triunfo.
“Es increíble estar de vuelta en Brooklyn”, dijo Wilder. “Es como un segundo hogar para mí. Se siente tan bien estar de vuelta. Cuando bajé del avión, sentí la gran energía y el amor, y eso es todo lo que necesitaba”, añadió.
Ahora, necesita o a Usyk, a Ruiz, y porqué no, a Tyson Fury, quien mientras se bebe toda la cerveza de Inglaterra, aún ni decide si se retira, o no del boxeo, definitivamente.