Mérida.- Con su repentino deceso, ayer, Carlos Canto Solís se convirtió en el último de los cinco miembros del equipo de su célebre hermano Miguel en fallecer.
“Calín”, quien llegó a ser un personaje muy conocido en Mérida en la década de los 70´s e inicios de los 80´s del siglo pasado, murió a los 77 años, algunos de los cuales, cerca de 20, dedicó al boxeo.
Fue, se ha dicho, desde hace muchos años, quien inoculó el virus boxístico a su hermanito Miguel Ángel, aunque quien le había despertado el interés fue el padre de ambos, el señor Santiago Canto Gutiérrez, de quien se dice, boxeó en el Circo Teatro Yucateco.
Don Santiago, hombre muy parecido de rostro a Miguel, aunque de ojos verdes (por ello le llamaban “El Gato”) era, se dice, un tipo de carácter.
Ello le ayudó a ser, durante algunos años, guardia de seguridad en el desaparecido bar “Cantaritos”, en la confluencia de las calles 59 y 60 del centro, (enfrente de la Iglesia de Tercera Orden).
Como buen yucateco, inculcó a sus hijos el amor por dos deportes: el béisbol y el boxeo.
Y fue el boxeo el que cambiaría el rumbo, no de su vida, concluida de manera temprana en la década de los 60´s, sino del resto de su estirpe.
“Calín” secundó a Miguel en sus “pininos” en el boxeo, desde el amateurismo en el que destacó en el torneo del “Club de Amigos”, hasta su debut en el profesionalismo.
Y a Miguelito no le fue nada bien en el comienzo de su carrera, sufriendo dos derrotas en sus tres primeros combates, ambas por nócaut.
Canto, insistente, estuvo un tiempo bajo las órdenes de un maestrito del boxeo de los años 40´s, Antonio Franco Moo, quien lo formó como un estilista.
Aunque como todos sabemos, terminó de desarrollarse con Jesús “Choláin” Rivero, fallecido abruptamente, hace dos jueves, 14 días antes de “Calín”.
El hermano “Calín” tuvo un sitio discreto e intermitente en el equipo de Miguel, donde no siempre estuvo, pues habría tenido algunas discrepancias con la máxima autoridad: “Choláin”.
Empero, no quedó al aire, pues Miguel lo apoyó abriéndole un bar conocido como “Los Venaditos” en la década de los 70´s , siendo ya campeón del mundo.
El negocio, desafortunadamente, no llegó a buen puerto y cerró con números rojos; fue una de las peores apuestas que Miguel Canto hizo económicamente.
Tras la decisión de “Choláin” de separarse de Canto, luego del frustrado intento de recuperar el cetro mundial mosca del CMB, luego de ser asaltados en la revancha con Chan Hee Park, “Calín” entró al quite.
Y ambos iniciaron un breve y poco provechoso periplo de ocho peleas.
Ese periplo dejó como saldo cuatro triunfos y cuatro derrotas, tres de ellas por nócaut en sus últimas peleas, tras lo cual al Comisiób de Boxeo de Mérida le retiró a Miguel la licencia para boxear.
Pero “Calín” no se retiró de las esquinas y siguió trabajando algunos pocos años más y alcanzó a generar aspiraciones de la afición con un ascendente novato: Javier Alonso.
Javier Alonso, apoderado por Don Jorge Omar Fajardo Pérez, hizo abrigar reales esperanzas de ser el sexto campeón mundial, pero malas decisiones atribuidas por el empresario y ex funcionario estatal a “Calín”, le hicieron dejarlo en libertad.
Según Don Omar contó en vida a este reportero, él ya tenía la promesa de disputar el cetro mundial minimosca del CMB con el coreano Jung Koo Chang.
Y quiso el destino que, Alonso, teniendo ya en la bolsa la pelea por el cetro mundial, fuese noqueado técnicamente en siete rounds.
Como consecuencia, el boleto de avión hacia Corea cambió de nombre y en vez de decir Javier Alonso Huchín Loría, quedó impreso el nombre de Efrén Pinto.}
El poblano terminó siendo vencido por nócaut por el coreano.
Ya después de ello, nada se supo de “Calín” Canto en el ámbito boxístico en el que Miguel tomó su batuta como entrenador, con un éxito moderado.
Carlos Canto fue el quinto ý último miembro del equipo de Miguel Canto en fallecer.
Le antecedieron, en orden cronológico “Choláin” Rivero; Rafael Mendoza (agente); Miguel Castro Sandoval (Dr.); Guadalupe “Lupe” Madera (sparring) y Juan V-8 Herrera (vendador y second).
Que en paz Descansen todos ellos.