Mérida.- Tras haber conmemorado ayer los 20 años del deceso del fantástico periodista y conductor deportivo Jorge “Sonny” Alarcón, no pocos son los recuerdos, las emociones y las sonrisas que este caballero nos dejó en la mente.
A continuación, una serie de anécdotas y memorabilia que el señor Alarcón Rubio nos dejó a los que fuimos sus fans, algunos de ellos, como quien escribe, que fuimos colegas suyos…claro está, guardando las proporciones.
FRASES:
“Muy buenas gracias, muchas noches”: Un juego de palabras que utilizaba para despedirse de los aficionados al concluir sus transmisiones en Televisa.
“Doña Blanca”: Frase que él creó y que resultó institucionalizada, para siempre, en el béisbol.
“Nadie como Nadia”: Referencia que salió de su fuerte voz en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976.
Ello, al referirse a la gimnasta más famosa de la historia, la rumana Nadia Comanecci, tras ver que logró la perfección del 10.00.
Por cierto, la cifra, inédita en la gimnasia, debió ser confirmada oralmente en el auditorio, pues los tableros electrónicos no traían los números suficientes para representar el 10.
“El Marqués de Querétaro y balnearios circunvecinos”: En alusión a Pedro “Mago” Septién, su compañero por décadas.
“La Ruta de la Ignominia”: Al referirse a los bateadores que eran dominados del 1 al 3 (pítcher a 1a base).
“Aaaaarrancaaan”: Exclamación que usaba para anunciar el inicio de las carreras de caballos en el Hipódromo de las Américas, o desde donde le correspondiera hacerlo, así fuera Churchill Downs (Kentucky), Caliente (Tijuana), o Palermo (Buenos Aires).
“Fernandomanía”: Fue una más de sus ocurrencias, dicha justo en el momento preciso, en aquella temporada mágica del estreno de Fernando Valenzuela en 1981.
Fue y sigue siendo publicada cientos, o quizás miles de millones de veces en medios impresos y aún más veces de boca en boca.
SUCESOS
El sr. Alarcón era tan, pero tan no aficionado, sino fanático del deporte, particularmente del boxeo, que el día que se casó, fue a mediados de semana.
Ello, luego de “negociar” exitosamente con su entonces novia el matrimonio en esos días, PARA NO PERDERSE la función de boxeo de los sábados.
“Sonny” usaba un bisoñé para disimular una calvicie.
La suya fue, por muchísimos años, la voz oficial del Hipódromo de las Américas en la Ciudad de México.
En una ocasión durante una discusión sobre un asunto de béisbol con Septién, en la cafetería de Televisa o de la XEW, “embrujó”, sin querer, al “Mago”.
En pleno alegato con “Sonny”, ya con los ánimos no muy caldeados, pero sí ya algo movidos, Don Pedro trataba de convencer a su interlocutor.
Al reiterarle que él tenía la razón y no Jorge Alarcón, al “Mago” se le ocurre exclamar con voz ya muy alta: ¡¡¡Que me caiga muerto si no te digo la verdad!!.
Seguidamente, como parte de sus alegatos, movió su silla que estaba a unos centímetros de un escalón, lo que lo hizo perder el equilibrio, para irse al suelo quedando boca arriba con los pies hacia arriba.
No se sabe si entre sus risas, los asistentes lograron escuchar que “Sonny” le gritó ¡¡¡SAFE!!.
Poco antes de morir el 24 de enero de 2001, en 2000, durante el último gran evento que le tocó cubrir, en Sydney, “Sonny” sufrió una caída que le causó una fractura.
Presente allá, el periodista David Faitelson lo socorrió y evitó que su problema fuera mayor.
Junto con Don Antonio Andere, su pareja de decenios en el boxeo, en 1994 tuvo un desencuentro amargo con Emilio Azcárraga Milmo, luego de que ambos cuestionaron, con toda y obvia razón, el veredicto que le permitió a Julio César Chávez recuperar la corona mundial súperligera del CMB.
Chávez había perdido a inicios de 1994 la corona y el invicto a manos de Randall, y en la revancha, fue favorecido con un triunfo por decisión técnica, con algunas dudas, que fueron señaladas por ambos, pero sin hacer gran alharaca.
De regreso en la Ciudad de México, fueron citados a la oficina de Emilio Azcárraga Milmo “El Tigre”, quien tuvo un fuerte desencuentro con ellos por cuestionar a la estrella de casa, como era Chávez.
Tras el lamentable episodio, que marcó el inicio del fin de sus intervenciones como pareja televisiva, Andere, tipo, según ha sido dicho, tenía un alto sentido de la dignidad, orgullo y fortísimo carácter, al salir de Televisa, arrojó en la calle su credencial de la empresa, a donde ya no volvió.
En 1988 en las olimpiadas de Seúl, “Sonny” tuvo la responsabilidad, que cumplió con gran tino, de narrar la final de 100 metros libres de esos juegos, ganada por el canadiense Ben Johnson, descalificado posteriormente por doping.
En esos 10 segundos de carrera, el gran “Sonny” hizo gala de su enorme talento al comprimir en ese breve lapso una gran, épica narración que no confirmó, sino que ratificó su enorme capacidad.
Finalmente, tuvo también el honor junto con el sr. Andere Daher, de narrar a todo México, desde el entonces recién inaugurado Madison Square Garden (en su última versión de 1968) la primera pelea de un mexicano por el título mundial de los completos.
En aquél 1968, ambos, sentados en ringside de la mítica arena, vieron como a Manuel “Pulgarcito” Ramos “se le cayó la sopa”, justo cuando ya la tenía en la boca.
Luego de tener en mal estado al campeón Joe Frazier, como que “El Pulgarcito” “se asustó” y ante la evidencia del peligro que podía ocasionar, “Smoking Joe” terminó aniquilándolo.
A la vera del ring, ambos, Alarcón y Andere, enrevistaron al frustrado retador evidenciando lo que eran, periodistas, pero, principalmente, reporteros.