Saltillo.- El gobernador, Miguel Riquelme Solís arrojó un dardo que podría, involuntariamente, ser letal a la campaña 2020 de la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) al anunciar que los espectáculos masivos, incluyendo las fiestas patrias, han sido suspendidos por la presente contingencia que agobia al mundo entero.
“Vamos a pasar muchos meses en Coahuila cuidando las medidas sanitarias.
Este año, no van a celebrarse espectáculos masivos, ni el 15 de septiembre”, dejó en claro el mandatario.
La declaración del ejecutivo local pone fin de tajo, a la aspiración de al menos tres clubes y de sus aficiones por participar en la campaña 2020 del circuito: Saraperos de Saltillo, Algodoneros de Unión Laguna y Acereros de Monclova.
Ello, a menos de que acepten y les sea posible jugar en sus respectivos estadios, pero sin gente en casa, lo que paree improbable, por no decir imposible, al menos económicamente.
O sea, en caso de que haya temporada 2020, el campeón del circuito (Acereros) no jugaría y no podría estrenar su título.
La Liga se quedaría solo con 13 clubes y la Zona Norte, con solo cinco, una cifra impar que forzaría a un equipo a quedarse sin acción por serie.
Será muy interesante lo que la LMB opine sobre este tema que verdaderamente amenaza contra la campaña 2020 (o lo que pueda jugarse de ella, si es que se juega).
Lo único que “salvaría” a los tres clubes es que el gobierno coahuilense aplique una excepción a ellos, lo que se antoja contradictorio para el anuncio que el señor Riquelme hizo este día y que podría, involuntariamente, acabar con las esperanzas de que haya béisbol de verano en México en 2020.
Otra opción es que esos tres clubes jueguen como locales en sedes alternas, lo que también suena “jalado de los pelos”.