Tokio.- El clavadista Rommel Pacheco se despidió esta noche, entre aplausos, de propios y extraños, y lágrimas de su carrera olímpica y deportiva formal en la final de los Juegos Olímpicos de Tokio 2021.
Aunque la puntuación no lo llevó al podio, visiblemente emocionado, Rommel concluyó su periplo deportivo con un sexto sitio en estos Juegos Olímpicos.
Estremecido, seguramente por no haber obtenido el objetivo y por saber que ese era el último momento de su vida deportiva activa, el yucateco no soportó el aluvión de sentimientos y se dejó caer sobre el hombro de su entrenadora, acaso su hermana mayor o segunda madre, Ma Jin, para sollozar.
Rodeado por sus rivales de competición, su equipo y enfocado por el sistema olímpico de televisión, Pacheco se mostró como un ser humano que se enjugó las lágrimas y dio el pasó a un costado para iniciar una nueva etapa en su vida al servicio de México y de Yucatán.
No se le desea suerte, porque no la necesita.