Mérida.- Península Deportiva lamenta tener que informar el deceso del señor y caballeroso ex comisionado, Don Alberto Ramón Barahona Fajardo, quien murió el lunes pasado en esta ciudad.
Don Alberto, quien fue miembro de la Comisión de Boxeo de Mérida (CBM) alrededor de 15 años a partir, posiblemente, de 1983 y hasta su renuncia en junio de 1998, tenía más de 90 años de edad y se enfilaba ya hacia la centuria.
HERMANO DEL GRAN “TIGRE” BARAHONA
Hombre de buena madera en todos los sentidos, era originario de la ciudad y municipio de Peto, al igual que su señor hermano, Carlos (conocido como “El Tigre”) y su primo, el también ex comisionado, juez internacional y gran funcionario público, Don Jorge Omar Fajardo Pérez (QUEPD).
Por cierto, Don Carlos Barahona Fajardo, falleció en mayo del año pasado (si la memoria no nos falla) y fue, además de promotor, una persona también muy longeva, que superó también los 90 años. De hecho, la señora madre de los señores Barahona, rebasó los 100 años de edad.
“Don Beto”, como cordialmente le llamábamos era un tipo conocedor, aunque siempre de perfil bajo y discreto; siempre ocupó cargos de “no mucha vitrina” en las administraciones a las que perteneció.
Funcionario de la Secretaría de Salud de Yucatán, trabajó, entre otros, con Presidentes como Alfonso Rosado Castro, Alfonso Hiram García Acosta (conocido como “Xima”), Ariel Bastarrachea Burgos y Víctor Salomón Lixa.
Entre otros cargos, nuestro bien recordado “Don Beto” fue juez, comisionado (no recordamos el cargo preciso, pero al parecer era vocal) y estaba a cargo del orden dentro de la Zona Técnica.
Su presencia alta (medía más de 1.80 m.) y corpulenta (sin ser gordo), su firmeza y de manera principal su estontórea voz, o quizás deberíamos decir “vozarrón” le ayudaban con una sola mirada, o ademán, pero sin grosería alguna, a mantener el orden en ese reducto de la arena, bajo control de la CMB.
Un ejemplo de ello, que lo pintó de pies a cabeza fue un desacuerdo que tuvo en febrero de 1998 con el entonces Presidente de la CBM, Víctor Salomón Lixa, cuándo este último decidió romper relaciones con la Comisión de Boxeo de Cancún (CBC), presidida desde entonces por el señor Eliseo González.
Salomón hizo una votación, que resultó casi unánime para “tronar” con la CBC hallando apoyo de casi todos los comisionados, a excepción de Barahona Fajardo y de quien esto escribe (era vocal tercero y mantenía colgada la pluma durante 18 meses), por considerar que no había motivos sólidos para ello.
Salvado ese desencuentro, ambos mantuvieron su relación como comisionados y amigos por muchos años más. De hecho, en junio de ese año, al trascender que Salomón Lixa ya no sería renovado en la CBM, Barahona Fajardo lo acompañó en su renuncia y se fue de la comisión con él, para nunca más regresar.
Don Alberto, pocos lo saben, o lo recuerdan, fue juez internacional del Consejo Mundial de Boxeo y le tocó, en diciembre de 1993, el día 23, ser parte del jurado que sancionó la pelea en la que el japonés Yasuei Yakushiji venció por decisión unánime al coreano Jung Il Byun.
Esa pelea fue en Nagoya, y, casualmente, tuvimos el gusto de encontrárnoslo en su ruta a Japón en el Hotel Sahara de Las Vegas, que para esos días albergaba la 30 Convención del Consejo Mundial de Boxeo.
Allá tuvimos un muy amistoso encuentro, aderezado con una reunión de kilométrica duración, encabezada por su amigo, el gran y singular hombre de boxeo, Rafael Mendoza Realpozo (los que lo conocieron entenderán el porqué de kilométrica).
Pero ya de ese anecdótico encuentro hablaremos en una siguiente entrega.
Por el momento, no nos resta más que lamentar su muerte, aunque entendible, por su avanzadísima edad, aprovechando este espacio para ofrecerle nuestras más sentidas condolencias a su estimable y respetable familia.
Descanse en Paz Don Alberto Ramón Barahona Fajardo, orgullo de Peto, de Yucatán, de sus amigos y su familia.