Rusell Acosta vence al “Charrito” Ruiz, se corona campeón de Norteamérica, pero deja dudas
Kanasín.- El kanasinero Russell Acosta Silveira sufrió lo indecible en el último episodio y de hecho en buena parte de la pelea, pero con buen fario y el criterio (algunos dijeron simpatía) de dos de los jueces, hizo lo indispensable para bajar del ring como campeón mínimo de Norteamérica ante el gran boxeadorcito que resultó ser el jalisciense Roberto “Charrito” Ruiz.
En la pelea estrella de otra magnífica función de boxeo presentada por Max Boxing, Acosta resistió un embate final, tardío y extemporáneo de su rival, para terminar de pie y devolver parte de ese castigo al final del décimo y último acto, para ser declarado ganador por decisión mayoritaria y coronarse soberano mínimo del Norte de América.
Cerca de mil personas que hicieron una gran entrada en el campo de béisbol de esta ciudad presenciaron un muy buen espectáculo que rondó el paroxismo de los presentes cuando oyeron el veredicto que declaró campeón a su paisano.
Los jueces, Jorge Martín pech y nuestro muy estimado Raúl Jiménez Ávila dieron 97-93 y 97-92, respectivamente y el solón restante Mauro Chalé votó 96-96, sufragio que nos pareció el único correcto, preciso y justo.
Acosta hizo el gasto de la pelea, sí, pero en muy escasos pasajes del pleito se vio dominador.
El “Charrito” Ruiz retrocedió y contragolpeó a un siempre ofensivo Russell Acosta
Su contraparte, el “Charrito” hizo un combate en retroceso, pero recibiendo y dando a veces hasta 4 a 1 al yucateco que atacaba, pero en vez de dar, recibía.
El duelo inició con los primeros dos rounds en favor del “panuchero” que aunque con ventaja estrecha se los llevó, atacando y dando más golpes.
Empero ello comenzó a cambiar para el tercero, cuando el “Jinete” comenzó a boxear mejor y a contragolpear al siempre activo Acosta que sufrió con el mejor boxeo y técnica, sobre todo movimiento de piernas del de Huentitán, Jalisco.
Al término de ese cuarto round y acorde las reglas del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) organismo que rige el título de Norteamérica, las puntuaciones eran: Juez A (no identificado) 38-38; Juez B (no identificado) 38-38; Juez C (No identificado) 40-36 en favor de Acosta.
Como puede verse, al menos uno de los solones estaba, total y subjetivamente inclinado en favor del local.
La pelea transcurrió intensa, de toma y daca, aunque sin golpes explosivos de uno y otro.
En ese desarrollo, Ruiz, un boxeador de solo seis episodios (jamás había peleado más allá de esa cifra) fue evidenciando las carencias técnicas, sobre todo al ataque, de Acosta que casi siempre mantuvo la iniciativa, pero que sufría al recibir los contragolpes del jalisciense.
Ruiz caminó mejor para atrás y Acosta no lograba cerrarle las salidas, así que, como “Conejo”, el “Charrito” se subía a su caballo y hacía fallar al local al que cacheteaba usualmente.
No fueron golpes que lastimasen, pero que sí dejaban en claro un mayor volumen de golpes, aunque Acosta, hay que decirlo, también soltó y conectó en muchas ocasiones, quizás con más intensidad, pero con menor frecuencia.
Russell Acosta, superado por momentos, pero también hizo lo suyo
De ninguna manera, Ruiz le dio una paliza, o dejó en vergüenza a Acosta, para nada, pero sí fue claro que quien terminó metiendo a su pelea a su rival fue el paisano de Vicente Fernández.
Tampoco fue un robo o algo por el estilo, porque fue una pelea, insistimos cerrada, pero en la que creemos que quien tuvo el saldo más favorable, aunque de manera ligera, fue el “Charrito” Ruiz.
Respetamos las decisiones de los señores jueces en las que discrepamos (no somos dueños de la verdad, ni de la razón), pero si nos preocupa el margen en favor del local.
Antes del final, luego del octavo episodio, las puntuaciones eran de 78-74 (A) 77-75 (B) y 77-75 (C). Nosotros la teníamos un punto para al occidental.
El resto de la pelea fue volcánico, sobre todo en el último episodio, cuando Ruiz, de manera tardía y enviado a dar todo (debió ser antes), puso en muy serios aprietos a Acosta, quien más que por la frecuencia que el poder de los golpes, parecía iba a dar a la lona.
Sin embargo, valiente, bravo y con el compromiso de pelear ante los suyos, Russell se la dejó caer al tapatío en la parte final de ese décimo y último episodio, para decirle a él y al público que no sólo estaba vivo, sino que podía competir.
Un gran final para una gran pelea en la que ambos se prodigaron y recibieron “toneladas” y miles de aplausos.
Mención aparte el gran matchmaking del “Famoso” puga que trajo a un rival, cuyo estilo se prestó para una tremenda pelea.
Ruiz es solamente boxeador de seis rounds; imagínense si hubiera llegado con dos o tres pleitos de 10 episodios con otros tres o cuatro de ocho episodios.
No títulos chafas, por favor
Se le desea al buen Rusellito Acosta un largo reinado. Ojalá que no lo pongan a disputar títulos chafas y le permitan defender esta corona que ganó a sangre y fuego.
Su récord mejoró a 15-0-0 con cinco nócauts, mientras que el jalisciense quedó con 10-2-0 y tres puestos fuera de combate.
El representante del CMB, Don José Manzur Argüelles le ciñó el cinturón al nuevo monarca de Norteamérica en presencia del alcalde kanasinero, Edwin Bojórquez, quien estaba eufórico y muy satisfecho.
Se le augura enorme futuro al occidental. No duden que sea un futuro campeón mundial, aunque quien sabe si llegue a figura, pues no se le ve pegada.
por cierto, un reconocimiento al gran réferi que es Josué López Carcaño, mejor conocido como “Resortitos”, quien por enésima ocasión hizo un tremendo trabajo y sin importarle nada reconvino a uno y otro rival, imparcialmente, como debe de ser.
SAYÚ, SIN RIVAL
A su vez, el gigante de ébano, Adriano Sayú no tuvo rival y con su sola presencia hizo casi morirse de miedo al tapatío, José Guadalupe Macías que tras recibir el primer golpe del moreno se fue cuan largo es a la lona.
Macías, que solo tiró un golpe en la pelea y para defenderse, repitió el chiste en dos ocasiones más, para que el experimentado Mario “Bigotes” Mena detuviese las acciones al 1:26 del round inicial.
Fue el sexto triunfo en seis peleas, todos por nócaut, para el cubano radicado en Mérida.
El visitante que más tardó en subir a la tarima, que en bajar de ella e ir por su sueldo, quedó con cinco ganadas, tres por nócaut, ocho derrotas y un empate.
TRIUNFO SIN MAYOR TRASCENDECIA DE LA “TORTUGA” GARRIDO QUE SUFRIÓ EN ALGUNOS MOMENTOS
En peso pluma, el yucateco Daniel “Tortuga” Garrido enfrentó y venció sin duda al poblano Marcelino Córdova Ramón or decisión unánime en ocho episodios.
Aunque no la necesitó, Garrido recibió ayuda del réferi Manuel Dzib, que no termina de mejorar y cuajar como un confiable tercero sobre la superficie.
No sabemos si lo hizo adrede, o porque le dio miedo contarle a Garrido, pero fue evidente que un golpe del poblano en el tercer round fue sobre el muy amplio cinturón del short del yucateco, quien se fue a la lona dolido.
Un episodio antes Garrido sí recibió un golpe similar, ero ese sí fue bajo.
El yucateco pecó de inocente al no aprovechar las rendijas que el poblano le ofreció en casi toda la pelea al bajar la mano derecha y darle la oportunidad de conectarle de lleno en la cabeza. Su esquina (la que aún lo es), por supuesto tampoco se lo dijo.
A final de cuentas, el yucateco ganó por decisión unánime.
Mejoró su récord a 10 victorias con cuatro anestesias. Su víctima se quedó con seis victorias, dos por nócaut, con ocho derrotas y un empate.
(Amliación posterior).