Mérida.- Hace cinco años a estas horas (13:05) moría el gran reportero deportivo Herberth Orlando Martínez Fuente.
Evitó la pandemia, pero no el final prematuro de su existencia a los 46 años, misma edad en la que falleció su álter ego, Russell Gutiérrez Canto.
Paradójicamente, ambos fueron velados en la misma funeraria (Quevedo), donde sus padres también fueron despedidos.
Herberth fue, creemos, el último periodista deportivo generado en Yucatán, salido de la escuela del desafortunadamente extinto Diario del Sureste y que se terminó de formar en la gran, también ya extinta, redacción de Deportes del Diario de Yucatán, donde solo queda un integrante de ese otrora gran line-up, Gaspar Silveira.
El “Gordo” Martínez, como lo conocíamos, era un reportero de verdad, todo terreno, un “sabueso” como Silveira lo definió en su entierro en el cementerio general (cerca del sismológico y a un costado del panteón Florido).
Sumamente responsable e incansable en la búsqueda de la noticia y la primicia (publicarla antes que nadie), lo que no siempre lograba (como todo reportero), pero que era usual en él y que le causaba frustración cuando no lo conseguía (como debe ser un todo buen reportero).
PERIODISTA DE VERDAD, NO UNA CARICATURA
Era un referente del periodismo deportivo y trabajaba mucho la noticia y no se “pasaba la nota” con otros colegas, como es la regla hoy día entre los que por x o y acabaron en este ámbito y se dedican más a otras cosa$ y a “grillar” con “agrupaciones” engaña ingenuos (por decirlo atenuadamente).
Luego, paso a las filas del Ayuntamiento de Mérida, en los buenos tiempos del área de deportes de ese orden de gobierno, cuando funcionaba muy bien, de manera óptima con Jesús Aguilar Aguilar.
En tanto, él era un oportuno informador de los juegos de ese circuito al que conocía de pies a cabeza y que en sus informes a la prensa enviaba los datos de manera certera, sin confundir nombres de peloteros y respondiendo y satisfaciendo, a su adusta manera, pero haciéndolo bien, las dudas de los reporteros.
Encaminó bien a su sucesor en el Ayuntamiento, Manuel Garrido, quien continuó correcta, decorosamente su legado, ya inexistente y que desapareció para dar lugar a la caricatura que todos los fines de semana le toma el pelo al Ayuntamiento diciéndole que informa sobre los juegos de la Meridana.
Que siga Descansando en Paz el buen “Gordo” Herberth Martínez, aunque acompañado de Russell eso será algo difícil, pues entre los juegos de béisbol y sus correrías por diversos centros de diversión de la periferia meridana, andarán bien ocupados en la dimensión en la que ya se encuentran.