Riad.- El ucraniano Oleksandr Usyk le repitió esta noche, aquí, la dosis al inglés Tyson Fury al que venció por segunda ocasión (decisión unánime en 12 rounds) para mantener en su cintura los fajines de peso completo del CMB, AMB y OMB.
Usyk, dueño aún del 75 por ciento del reconocimiento mundial de la división estelar del boxeo, hizo una pelea inteligente, valiente y con una estrategia bien aplicada, para ratificar su supremacía sobre el destructor británico.
Al británico de nada le sirvió pesar 25 kilos más que el ucraniano; tampoco ayudó su mayor altura, superior a los dos metros, ni la barba crecida que querían afeitarle horas antes del combate, Tyson Fury.
Así las cosas, volvió a perder en Riad, Arabia Saudita, la misma ciudad, donde siete meses atrás sufrió su primer revés ante el mismo rival.
El triunfo del para muchos mejor boxeador de la actualidad, fue por decisión unánime, con tarjetas de 116-112 en los tres casos.
Además, Usyk ganó el 55 por ciento de una bolsa que, según reportes, fue de 190 millones de dólares.
Pero lo más importante fue que esta vez no dejó dudas de su superioridad, pues la victoria de hace siete meses fue por decisión dividida.
DAVD Y GOLIAT
A pesar de medir 1.91 metros, Usyk parecía un hombre pequeño frente al gigante británico cuyo físico de mayor tonelaje hacía ver esto como una pelea asimétrica.
Pero el ucranio supo sacar ventaja a esas condiciones, más rápido y ágil, buscó lo que tenía a su disposición: el cuerpo y las zonas blandas del Rey Gitano.
El ucraniano buscó llevar el ritmo en el ataque, desde el inicio, aunque al principio Fury sacó ventaja de su alcance con el insistente jab.
Sin embargo, con el avance de los asaltos también creció Usyk, más dinámico, con espíritu de trabajador incansable que golpeó con frecuencia a su adversario.
Cuando la pelea había consumido la mitad de sus episodios daba la impresión de estar muy equilibrada, sin una ventaja clara para nadie.
Fury aprovechó su tamaño y eventualmente sacudió con fuerza a Usyk, con la estrategia aparente de minar gradualmente al ucranio.
La masa imponente del Rey Gitano, pesó más de 127 kilos un día antes, y se dejaba sentir cuando abrazaba a su oponente, quien había marcado 102 kilos. Un abrazo que se antojaba casi mortal, pe-ro que Usyk supo resistir.
El campeón traía sus planes bien claros y una condición que le permitió mantenerse combativo.
La movilidad, precisión y la selección de golpes empezaron a inclinar la balanza en su favor.
De hecho, intentó aprovechar el tamaño de su rival para castigar el cuerpo de Fury, quien se debilitó visiblemente en los últimos asaltos.
En el octavo episodio Fury ya mostraba signos de cansancio, poner en marcha esa masa gigante debe exigir demasiado esfuerzo, porque para entonces tenía me-nos potencia.
Usyk trataba de actualizar aquella máxima del inmortal peso completo Muhammad Ali: revolotear como mariposa y picar como avispa.
El ucranio entraba y picaba al cuerpo del agotado Fury, y éste intentaba contenerlo, abrazarlo para sabotear la pelea de su rival y cansarlo con el aplastante peso de su cuerpo.
Fury no claudicaba y de pronto asestaba un upper que hacía estremecer al oponente. Pero Usyk de inmediato respondió, lo conectó en pleno rostro y hundió los guantes en el cuerpo del británico.
Había preocupación en la esquina de Fury. Y el inglés recibió un regaño para que tratara de salvar la pelea en el último asalto.
El gigante fue por Usyk, quien recibió un gancho poderoso que parecía capaz de derribar un muro de concreto, pero el ucranio lo soportó.
El campeón sabía que ceder ante el embate del rival sería exponerse demasiado y disparó al cuerpo y a la cabeza. Ambos querían un cierre explosivo y en el lance se estremecieron con los impactos que intercambiaron.
Las tarjetas fueron unánimes y dejaron satisfechos a los asistentes.
El derrotado abandonó rápidamente el cuadrilátero para evitar la entrevista posterior a la pelea.
Él es un gran boxeador, así que esto es algo espléndido. Los 24 asaltos [entre los de la pelea de mayo y la de este sábado] contra él han sido algo increíble en mi carrera
, valoró Usyk después de su triunfo.
No hubo por tanto relevo en el trono de los pesos pesados, donde Usyk conservó los tres cinturones que ponía en juego.
En el combate entre ambos en mayo, también en la capital saudita, el peleador ucraniano se convirtió en el monarca indiscutido al conseguir los cuatro cinturones de la categoría, para ser el primer campeón absoluto en la división mayor en 25 años, desde Lennox Lewis en 1999.