Reno.- Mills Lane, uno de los mejores árbitros en la historia del boxeo, y quizás el más icónico, reconocido, de cualquier época, murió esta tarde en esta ciudad de Nevada, donde residía. Tenía ya 85 años de edad.
El famoso réferi calvo chaparrito, de muy recia, sólida presencia, y personalidad napoleónica, como todos los hombres destacados de baja estatura, deja una hondísima huella en el boxeo, llena de recuerdos, todos significativos.
Fue el tercer hombre en el ring en algunos de los combates más famosos del pugilismo y estuvo a cargo del más vergonzoso episodio acontecido en este deporte, en toda la historia, exactamente hace 25 años.
Fue, Dios así lo quiso, el réferi escogido para dirigir la infame página escrita por Mike Tyson, cuando ante la impotencia de superar a Evander Holyfield, decidió amputarle a mordidas un pedazo del lóbulo, primero de su oreja derecha y seguir, después con la izquierda.
Lane murió en su casa de esta ciudad, luego de unos 20 años de problemas de salud, tras sufrir un derrame cerebral en 2002.
Arbitró más de 100 peleas de campeonato mundial, incluida la citada Tyson-Holyfield en una de sus dos ediciones y otros clásicos como Michael Carbajal y Humberto “Chiquita” González (I).
Asimismo, Mohamed Alí vs, Bob Foster, Larry Holmes vs. Ken Norton, Mohamed Alí vs, Bob Foster, Marvin Hagler vs. John Mugabi y Óscar de La Hoya vs. Pernell Whitaker, entre decenas de importantísimas peleas.
Pertenece, por supuesto, al Salón de la Fama del Boxeo Internacional en Canastota, Nueva York.
Le sobreviven su señora esposa, Kay y sus hijos Terry y Tommy.
Son deudos suyos, también, millones de aficionados que le agradecen su aportación y que tienen en su grito de pelea “Let´s get i ton” (hagámoslo), su mejor herencia y recuerdo.
Descanse en Paz el insigne señor réferi, Don Mills Lane.