1a parte.
(Entrevista concedida a penínsuladeportiva.com por el ex Gobernador de Yucatán, Dr. Don Francisco Luna Kan en 2017, con motivo del 35 aniversario de la construcción del parque Kukulcán, impulsado por su gobierno).
Mérida.- 35 años después de haber dejado la Gubernatura de Yucatán y de consumar la que desde entonces persiste como la máxima obra de infraestructura deportiva de esta entidad, Francisco Luna Kan echa un vistazo atrás en el tiempo e inicia un viaje retrospectivo hacia la que fue la década más representativa de sus 91 sólidos, pródigos años de existencia.
Sentado en el despacho de su casa en una colonia de esta ciudad, el médico especialista en Epidemiología y gobernador de Yucatán entre 1976 y 1982, recuerda la edificación del parque de béisbol Kukulcán y de la Unidad Deportiva del mismo nombre, algo que quizás comenzó a gestar en su mente de adolescente cuando era interno del Instituto Politécnico Nacional (IPN) en la Ciudad de México.
En entrevista con Península Deportiva con motivo de los 35 años de la inauguración del parque de la “Serpiente Emplumada”, Don Francisco recuerda cómo, precisamente dentro de un estadio, se dio lo que habría sido el inicio de algo que se materializó el 23 de marzo de 1982, semanas después de que él dejó la Gubernatura.
El ex mandatario, durante la entrevista con península deportiva.
Mario Bolio Granja, durante la entrevista concedida en casa del ex mandatario yucateco.
“LAS IGUANAS”
Lúcido y en perfecto estado físico (pese a su muy avanzada edad) que le permite dar la bienvenida a su casa de pie y acompañar al reportero caminando a buen paso, sin apoyo alguno, reconoce que en aquella época a él y a sus condiscípulos les llamaban las iguanas, porque un día alguien les vio en el campo del Plan Sexenal tendidos, levantando la cabeza “y así se nos quedó”.
Pensativo, mientras escudriña en la mente detalles de los orígenes del parque Kukulcán.
Fue en esa época en el IPN, donde dormía en un catre en los bajos del estadio Salvador Camino, cuando se involucró con la comunidad estudiantil, educativa y con personajes que habrían de ser decisivos para el béisbol en Yucatán.
CONTACTO CON EL “TIGRE MAYOR”
Uno de ellos, señala, fue incluso clave para que los Leones de Yucatán regresaran en la expansión que se dio en la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) en 1979: Alejo Peralta y Díaz Ceballos.
“Yo estudié medicina en el Politécnico Nacional y en esa época conocí a Alejo Peralta, a quien desde entonces se veía, como a todos los directores del poli, como una persona a la que con su esfuerzo inició la institución.
“Ahí estuvo Peralta, un tipo muy accesible, yo la verdad no hice más que dar los apoyos a los organizadores (promotores) del béisbol para traerlo de nuevo a Yucatán.
“Era gente que conocía todo eso (el béisbol) muy bien, y a mí me decían `hay que hacer esto necesitamos tu apoyo´ y entonces los apoyamos, pues los que conocían eran ellos y me decían hay que tocar en esta puerta y necesitamos que tú vayas porque tienes el nivel de Gobernador”.
Luego de que estas personas (encabezadas por Plinio Escalante) hicieron las gestiones que necesitaban, me pidieron que como político y gobernador yo diera el espaldarazo.
Plinio Escalante Bolio, en diálogo con Graciliano Alpuche Pinzón, quien semanas antes relevó como gobernador a Luna Kan. Alpuche, con todo y el trabajo que dio levantarlo y que el estadio estaba listo para la inauguración del 23 de marzo de 1982, todavía puso algunas trabas para ese estreno.
Al respecto, Bolio Granja, refiere que Peralta (Alto Comisionado y en los hechos quien mandaba en la liga, incluso por encima del entonces presidente Antonio Ramírez Muro), dio, como el “mandamás” del circuito, todo su apoyo a la causa yucateca, pero con la petición de que quien encabezara el proyecto de regreso de los Leones fuera Plinio Escalante Bolio a quien conocía y veía con buenos ojos.
El ex secretario General de Gobierno fue el brazo del ejecutivo estatal para llevar a la realidad el parque y la Unidad Deportiva Kukulcán, vigentes hasta estos días.
Y así, el proyecto de Plinio Escalante se hizo realidad por encima de los de otros que, como José Luis “Chito” García, símbolo, por cierto, de los Tigres, habían manifestado su interés al gobierno yucateco encabezado por un hombre que si bien no era un fanático de los deportes, sí le gustaba y lo entendía como algo importante para la sociedad.
NO SOY FANÁTICO DEL BÉISBOL
“La verdad, no soy un fanático del béisbol, cuando fui joven sí aprendí algunos nombres de jugadores, por ejemplo el de la “Burbuja” (Fermín) Vázquez, que fueron personalidades notables”, comenta el doctor Luna Kan al retomar la conversación.
Don Francisco, agrega a su vez Bolio Granja, era muy aficionado al deporte que es algo que él asocia mucho a la salud; de hecho, era afecto a ir todas las mañanas a caminar al estadio Salvador Alvarado, lo que es de dominio público y eso fue durante los cuatro años qué fue secretario de la Liga de Comunidades Agrarias y Senador de la República por el estado de Yucatán de 1972 a 1976.
Para esas épocas, agrega, surgió el tema, junto con otras personalidades del servicio público, como el Ing. Federico Granja y el Lic. Gaspar Gómez Chacón (ambos alcaldes de Mérida durante el mandato de Luna Kan) del deporte y de que si bien las instalaciones del estadio Salvador Alvarado eran aún prácticas y daban un buen servicio a la sociedad, eran ya algo obsoletas.
Para Luna Kan, el Salvador Alvarado era entonces y aún sigue siendo la “Catedral del Deporte Yucateco”.
El inmueble de la Colonia Yucatán fue concebido en 1938 e inaugurado un año después por el gobernador Humberto Canto Echeverría y en él los deportistas yucatecos pudieron practicar diversos deportes, entre ellos atletismo, fútbol y de manera principal el béisbol.
De hecho, el principal uso que ha recibido en sus ya 78 años de historia ha sido el de estadio de béisbol, cuando albergó la siempre bien recordada Liga Peninsular que ha sido, junto con la Liga Mexicana, la más importante del “Rey de los Deportes” que se haya visto en Yucatán y el sureste de México.
Pero llegó el momento en que debió ceder su estafeta al parque Julio Molina (“Carta Clara”), y éste, a su vez, a un nuevo proyecto, percibido como una obra faraónica, sin igual, en cualquiera provincia de México y que le daría a Yucatán y a su deporte un salto anticipado de 18 años al Siglo XXI……(continuará).