Con información de Emmanuel Rincón Becerra, publicada en el Diario de Yucatán
Foto de Lector MX
Mérida.- Integrantes taurofóbicos del colectivo Rescatistas Independientes Unidas y Unidos, en pro de la, según ellos, defensa de los derechos de los animales, agredieron, ofendieron, insultaron y hasta desearon a familias enteras yucatecas infectarse de COVID-19 por ejercer su derecho y gusto de asistir a una corrida de toros.
Los hechos sucedieron el sábado pasado en las afueras de la Plaza de Toros Mérida, en el marco de la corrida pospuesta de su aniversario 93, donde los taurofóbicos, siguiendo las corrientes extranjeras que han permeado en la mente de las generaciones de reciente presencia en el mundo, llegaron para manifestarse
Los inconformes iniciaron su movilización en el frontispicio de la Plaza, sobre la Avenida Reforma, durante la celebración del festejo, denominado Corrida Blanca.
De acuerdo con los taurofóbicos la fiesta brava “no es arte ni cultura, sino un acto de tortura criminal contra los toros”, lo cual repetían en sus arengas pretendiendo que su manera de pensar fuera absoluta, sin dar cabida a las de los taurinos que por generaciones la han hecha parte de su forma de vida e idiosincracia.
Los inconformes además protestaban por la realización de la corrida toda vez que, según indican, sigue la pandemia en semáforo amarillo y, por tanto, los eventos masivos no tendrían por qué realizarse.
“Mérida no es la ciudad blanca, es la ciudad roja manchada por la sangre derramada en las corridas de toros”, gritaban, mientras varios de ellos usaban calzado y prendas de piel de animal sacrificado en rastros.
Según ellos, las corridas siguen realizándose, pese a los múltiples señalamientos, protestas y escritos entregados a la autoridad municipal para que ya no permita su realización en la capital yucateca (algo que no tendría porqué proceder, porque es infinita la cantidad de taurinos, respecto a los taurofóbicos en este estado, quizás al más taurino de México).
La vehemente defensa de los ideales de los antitaurinos alcanzó tintes agresivos contra los asistentes cuando un grupo dejó la protesta efectuada en la Avenida Reforma para avanzar hasta el acceso general de la Plaza de Toros, donde gritaban consignas a las personas.
Algunos manifestantes deseaban a los asistentes a la corrida que se enfermaran de COVID-19, otros llamaron a las personas asesinas, descerebradas e incluso alguien les gritó:
“Mientras más ricos más huecos de cabeza”, siendo “tirados a locos” por los presentes, algunos de los cuales se reían de sus gestos y las banderillas que traían.
De igual modo, los antitaurinos cuestionaron a los padres de familia que llevaban a sus hijos pequeños a la corrida, indicando que “¿cómo era posible que les enseñaran a los niños a disfrutar un acto de tortura animal?”, aunque tampoco explicaban cómo ellos mismos comen carne sacrificada de manera aún más salvaje en un rastro y alimentan de esa manera a sus vástagos.
Les indicaron a quienes protestaban que estaban en su derecho, pero sin caer en provocaciones o una confrontación física con los aficionados que no les hacían caso y que tenían todo el derecho de disfrutar el espectáculo.
La activista señaló que “existen grandes intereses de por medio para evitar que en la entidad se prohíban las corridas de toros”, sin embargo señaló que este grupo seguirá protestando y luchando para que en Mérida y Yucatán se prohíban de manera definitiva, pese al arraigo centenario y la afición de cientos de miles a esta fiesta.