Mérida.- Una de las más brillantes páginas del béisbol mexicano y, también latinoamericano, se cerró en una fecha como hoy 30 años atrás, cuando Don Benjamín Reyes Chávez se sentó en el dugout del lado de primera base del parque del Seguro Social.
Ya tenía semanas de que no salía al cajón de la antesala, aquejado por el tumor maligno cerebral que lo carcomía y de hecho, no había salido de la Ciudad de México en los juegos previos de esa serie por el título de la Zona Sur ante los aún campeones Bravos de León.
Su última salida de gira fue el miércoles 31 de julio en el parque Kukulcán de Mérida, donde los Diablos, del brazo del jovencito Leobardo Moreno, “barrieron” en cuatro juegos a los Leones de Yucatán de Fernando Villaescusa, con lío de por medio, por los señalamientos del piloto melenudo respecto a que Nelson Barrera jugó la serie con una “macana” arreglada.
Reyes, visiblemente disminuido, pero lúcido y sin perder su aire irónico y picaresco, le volteó la tortilla a Villaescusa y puso a la orden de los Leones el bat cuestionado para ser partido, lo que no sucedió finalmente.
No sabemos si Don Benjamín finalmente fue a celebrar el triunfo, como anticipó la noche del sábado 27 (en el primer juego) en el Club House Pingo, a “La Prosperidad” (extinto y célebre restaurante bar del centro de Mérida), con “mis amigos yucatecos, que aunque no lo crean, tengo muchos”.
La promesa hecha por el “Pelón Mágico” para ir al famosísimo centro botanero fue a una pregunta (ya no recordamos en qué consistía) del periodista campechano del Diario Esto, David Canul, a quien añadió que confiaba no sólo en eliminar a los Leones, sino hacerlo en cuatro juegos…¡¡y lo cumplió!!.
Luego de “limpiar” a los Leones en la serie, “El Cananea” viajó desde Mérida a la Ciudad de México en el que sería el último vuelo de su carrera en el béisbol activo, pues ya no fue con el equipo ni a León, ni a Monterrey, a la serie final contra los a la postre campeones, Sultanes de Monterrey, que así festejaron el estreno, ese año, de su maravilloso nuevo parque.
“El Diablo”, Ramón Montoya se hizo cargo de la conducción del equipo que terminó cayendo ante los regios en cuyo cuerpo técnico estaba el muy querido cubano Carlos Paz González.
Ya fue el sustituto del sensacional “Súpermánager”, cuya última salida oficial a un campo de béisbol fue aquél jueves 12 de agosto de 1991 en el siempre bien recordado parque del Seguro Social, donde condujo a sus Diablos a vencer 7×3 a los Bravos de León, para “tumbarles” la corona de la LMB.
Meses después, el 10 de diciembre, fallecía en Hermosillo….tenía solo 54 años de edad.