CALAVERITA MELENUDA:
Los Leones en el Inframundo
Allá en el campo del más allá,
la huesuda rondaba sin parar,
buscando a los Leones de Yucatán,
la huesuda rondaba sin parar,
buscando a los Leones de Yucatán,
¿Quién diría que los iba a visitar,
con su guadaña bien afilada?.
A todos, hasta al “Mascara” en el dugout espantó,
y a los hermanos Arellano casi infartó.
y a los hermanos Arellano casi infartó.
“¡Vengan conmigo!”, la flaca exclamaba,
y en el “Panucho Park” el frío caló.
y en el “Panucho Park” el frío caló.
Pero los Leones, valientes y bravos,
no se dejaron intimidar,
no se dejaron intimidar,
“¡Aquí no entra ningún espanto!, menos los Diablos”,
¡a la huesuda los melenudos se pusieron a retar!
¡a la huesuda los melenudos se pusieron a retar!
Con batazos y fuertes rugidos,
la huesuda no pudo con ellos,
y dicen que en su propio campo,
le dieron de hits hasta el cuello.
la huesuda no pudo con ellos,
y dicen que en su propio campo,
le dieron de hits hasta el cuello.
Al final, doña Catrina cedió,
y entre risas de toda la afición,
prometió volver al siguiente año,
esperando un gran año del “Pepón”.
y entre risas de toda la afición,
prometió volver al siguiente año,
esperando un gran año del “Pepón”.
Así, los Leones se quedaron,
con su victoria en el más allá,
mientras la muerte se iba diciendo:
“¡Estos pelanaes yucatecos no me dejan ganar!”
con su victoria en el más allá,
mientras la muerte se iba diciendo:
“¡Estos pelanaes yucatecos no me dejan ganar!”