Las Vegas.- El jalisciense Saúl “Canelo” Álvarez sumó otro triunfo más a su carrera de inercia triunfalista y cuestionamientos al imponerse sin problemas por decisión unánime el neoyorquino Édgar Berlanga en la pelea estelar de la velada presentada aquí esta noche en la T-Mobile Arena de esta urbe.
Álvarez, como en casi todas las peleas de su etapa como campeón del mundo, no tuvo un rival que pudiera ponerlo en gran predicamento, aún pese a superarlo notablemente en el tonelaje, pese a lo cual lo mandó a la lona en el tercer episodio.
El mexicano (62-2-2 con 39 kos), quien le quitó el invicto al llamado “boricua”, que no lo es, manejó bien la pelea ante un rival sin la capacidad y poder para ponerlo en aprietos severos, con todo y su evidente mayor peso, gracias a la infausta costumbre de pesar a los púgiles un día antes.
El “Canelo”, quien había dicho que acabaría con el estadounidense (22-1-0 17 kos) en ocho rounds o menos, logró tarjetas de 117-110, 118-109 y 118-109, para retener los títulos supermedianos del Consejo Mundial, Asociación Mundial y Organización Mundial del Boxeo.
El de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) que le permitió ser campeón absoluto de esta división, no fue tomado en cuenta, toda vez que el organismo le retiró el reconocimiento.
El oso empoderado que Álvarez dice vive dentro de él, salió a relucir, no sólo por el atuendo que asemejaba la piel del mamífero, sino también por la autoridad que impuso en el ring, al carecer de rival.
Sí, Álvarez tuvo un contrario con el que compartió el cuadrado por cerca de una hora, pero no enfrentó a un rival y ya no se diga una real amenaza para su reinado.
Tampoco sería justo que Berlanga era un bulto, o un “paquetito”, como se dice en Sudamérica, sino un rival que quiso competir hasta cierto punto, pero uno a modo para tirar guantes, sin riesgo.
Berlanga se paró en el encordado con la fortaleza que le caracteriza, pero esta vez no fue suficiente, se vio débil ante los golpes de su rival, quien si lo fue, quien en dos ocasiones lo conectó directamente al rostro.
En una lo mandó a la lona en el tercer round, pero el puertorriqueño se levantó sin problemas, tras reclamarse a sí mismo golpeandose los guantes, para recibir la cuenta del réferi Harvey Dock.
La segunda ocasión que Edgar estuvo en el suelo fue por sí mismo, pues en su intento por golpear al tapatío, se fue en banda y la inercia lo hizo irse de boca hacia la tarima.
Para esta pelea apareció una parte que el “Canelo” no había mostrado, retó durante el propio round a su rival, bajó la guardia, hasta bailó para provocar a Berlanga, quien respondió de la misma manera.
Esto casi le cuesta caro a Álvarez Barragán porque al pensar que ya había acabado el décimo asalto, bajó la guardia, le dio la espalda a Édgar, al que le faltó reacción y velocidad para poderlo golpear, porque estiró el brazo y sólo lo tocó. Al llegar a su esquina Eddy Reynoso regañó fuertemente al pelirrojo.
El “Canelo” se retiró del ring con la victoria y sus tres campeonatos, pero su sequía sin nócaut se extiende ya a mil 43 días y contando. ¿volverá a mojar el ring con cloroformo y diseminarlo sobre el ring?