París.- Inspirado por el deseo de mejorar su historia familiar, el mazatleco Marco Verde ofreció la pelea de su vida y obtuvo el resultado de su vida, al asegurar para su núcleo, Sinaloa y México, una medalla olímpica, tras vencer en un agónico, extenuante, atropellado, pero espectacular final al dignísimo y aún más duro indio Nishant Dev.
Fue una real hazaña de voluntad, determinación, espíritu la conseguida por Verde, quien parecía ir abajo en la pelea y que en el último minuto apeló a lo que le restaba de lucidez en la conciencia y orgullo en el corazón, para proyectar su alma y la de 130 millones de mexicanos a su cuarto podio de los Juegos Olímpicos de París.
Su triunfo, merecido, aunque apretado hasta lo máximo posible, fue por 4-1, con cuatro tarjetas 29-28 y una 28-29, para acceder a las semifinales en la división de los 71 kilos.
El triunfo le permitió asegurar a una medalla, la primera que México tendrá en el boxeo olímpico desde Río de Janeiro 2016 y apenas tercera en el presente siglo en el que el país norteaméricano ha competido en los seis juegos de esta centuria.
Marco Verde optó por la estrategia de ir hacia el frente y aunque lo hizo de manera desordenada y con fallas defensivas, como no hacer fintas y no mover la cintura, tuvo buenos resultados en el primer episodio.
El norteamericano se estrellaba mucho de frente con el rostro del indio, quien bajaba mucho la cabeza, tratando de tirar ambos golpes desde terreno muy corto, lo que se les complicaba.
Parecían no tener experiencia, por no darse cuenta de la imposibilidad de tirar golpes, o desarrollar toda la potencia de los impactos tirándolos desde una distancia tan limitada.
Verde, por su lado, no aprovechaba el hecho de que el asiático bajaba la cabeza, para dar un paso atrás y tener la distancia y espacio necesarios para soltar y conectar un upper-cut.
Sin embargo, en una de esas, impactó muy sólidamente en el rostro del indio, a quien el réferi decidió aplicarle el conteo de protección.
Ello le dio la ventaja en el primer round al mexicano, quien si bien lo ganó, también “se comió” bastante “cuero” venido del otro lado.
Para el segundo round, ambos se dieron con todo, casi hasta con los esquineros, siendo el indio el que lanzaba, y por mucho, más golpes, aunque muchos de ellos se perdían en el aire.
Verde conectó muchos menos golpes (en nuestra opinión), pero habrían sido más precisos y contabilizables, lo que lo mantenía en la pelea.
Verde no dejó de ir hacia adelante, pero siempre, más que tirando y conectando golpes, reposando su cuerpo sobre el del Indio, quien no se cansaba de tirar golpes desde esa difícil circunstancia.
Ya para el tercer episodio, Dev parecía llevar ya una ventaja clara e irrevocable para lo que quedaba de la pelea, tirando más y conectando más y mejores golpes que estremecían al mexicano, quien parecía no tener energía con qué regresar a lo que retaba del combate.
Empero, en los últimos 50, 40 segundos de la pelea, recobró energía, la última que seguramente le quedaba, para tirar golpes que se estrellaron en el rostro y cabeza del indio, quien no dejó de responder.
Tras el final del pleito, una atmósfera de incertidumbre inundó la arena, pues no existía claridad respecto a quien podía haber ganado.
Ahora, el mexicano que ya marcha 2-o en París 2024, irá por su tercera victoria el martes 6 de agosto próximo ante el británico Lewis Richardson, al que de vencer, habrá logrado calificar a la final y aspirar al oro.
Verde, quien llegó a estos juegos olímpicos, imitando el ejemplo de su señor padre, quien compitió y fue eliminado en su primer combate en Barcelona ´92, tendrá, ante sí la oportunidad de ser el mexicano en ir a una primera final olímpica de boxeo, lo que no ocurre desde Los Ángeles 1984, cuando Héctor López cayó por puntos en la final de peso gallo ante el italiano Maurizio Stecca.
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