Roma.- La ministra italiana de Familia, Natalidad e Igualdad de Oportunidades, Eugenia Roccella, evidenció una “gran preocupación” por la admisión en el torneo olímpico de boxeo femenino de “dos transexuales, hombres que se identifican como mujeres y que, en contraste, en las últimas competiciones habían sido excluidos”.
“Es sorprendente que no existan criterios ciertos, estrictos y uniformes internacionales, y que precisamente en los Juegos Olímpicos, un acontecimiento que simboliza la equidad deportiva, se pueda sospechar, y mucho más que sospechar, una competencia desigual e incluso potencialmente arriesgada para uno de los contendientes”, complementó la ministra del Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni, conocida por sus posturas conservadoras respecto a la familia y la sexualidad.
Poco después, el Comité Olímpico Italiano (CONI) anunció, en un escueto comunicado, que “se ha activado junto con el Comité Olímpico Internacional (COI) para que los derechos de todos los atletas se ajusten a la Carta Olímpica y a las regulaciones sanitarias”.
Aunque ni la ministra ni el CONI hacen referencias explícitas, sus declaraciones se produjeron antes de que la italiana Angela Carini se enfrentara en el peso welter del torneo olímpico de boxeo a la argelina Imane Khelif, quien fue excluida de la final del Mundial por sus altos niveles de testosterona, pero sí fue admitida en los Juegos.
Como es sabido, Khelif venció por la cuestionable vía del abandono a la italiana Carini, quien alegó superioridad manifiesta de la africana, por lo que se retiró del combate.
“La presencia de personas transexuales en las competiciones deportivas implica, por tanto, la necesidad de identificar y garantizar requisitos de admisión estrictos, ciertos e inequívocos para una competición honesta y equilibrada.