Ciudad de México.- La que fue la noche que lo ratificó en lo más alto de las simpatías y reconocimiento de los mexicanos le abrió, simultáneamente, el camino hacia el precipicio del que aún no sale y del que trata aún de sacar a sus hijos.
Así define Julio César Chávez lo que sucedió aquella noche tras vencer categóricamente a Héctor “Macho” Camacho y durante el frenesí de la celebración en la cima del mundo, siendo no solo el rey del boxeo, sino el “Rey del Mundo”.
Esa catársis, es estallido de emociones le quitó cualquier inhibición, incluso la que podía haber tenido a lo más prohibido en el boxeo: la droga.
En reciente entrevista con la comunicadora Adela Micha, el boxeador más famoso en la historia de México explicó cómo fue aquél momento en el que contrajo no nupcias, pero sí un vínculo indisoluble con la versión más dañina de aquél entonces de las drogas.
“Si yo no hubiera caído en las adicciones, habría sido el mejor peleador mexicano de todos los tiempos, habría llegado a 100 peleas invicto; si 90 peleas invicto no existe”, afirmó Chávez.
El haber probado la cocaína por vez primera, acepta, lo llevó a pensar que ya lo tenía todo en ese momento.,,sin saber que era el inicio de perderse a sí mismo.
Yo sentía que ya, ya tenía mis millones en el banco, mi avión privado, mis yates, entonces se me hizo fácil y dije ‘préstala para probar’, andaba desvelado y me cayó bien, dije ‘de aquí soy’.
“Andaba desvelado y me cayó bien, dije de aquí soy, es un proceso que va en aumento y ya no pude parar, después se convirtió en un infierno, perdí mi primera pelea, mi señora me demandó porque la golpeaba”.
El “Gran Campeón Mexicano” contó durante la entrevista que tiene cuatro clínicas de adicción, repletas de personas que buscan, como él pudo, curarse y alejarse definitivamente de las adicciones.