Mérida.- De vivir, Nelson Barrera Romellón estaría llegando, hoy, a los 65 años.
El más trascendente jugador de béisbol nacido en la Península de Yucatán, fallecido trágica, absurdamente hace ya 20 años, sigue siendo el máximo referente del “Rey de los Deportes” de la región y del jonrón en México.
No hay nada nuevo que escribir sobre él, pero sí muchos motivos para recordarlo y recordarlo bien.
Su concurso en el béisbol mexicano le permitió, en todos los ámbitos, tomar la estafeta de cañonero de la pelota nacional que Héctor Espino dejó en 1984.
A partir de ahí, Nelson ocupó dignamente ese sitio y tan fue así, que logró superar su principal marca, la de jonrones en 2001, un año antes de su partida a la eternidad, cuando solo tenía 45 años.